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- Lo que fue, es y será siempre. Ante los enigmas que te presenta la vida, imagina siempre lo más simple y directo, y tendrás mayor probabilidad de acertar. No debemos hacer ni hablar lo agradable sino lo debido. La perfección absoluta de cada ser radica únicamente en su comparación consigo mismo. La vida no se descubrirá ante ti hasta que aprendas a discurrir rectamente y ames sin límites necios y falsos.
- Tus deseos te llevan al engaño y al dolor, figurándote más lejanas las cosas que deseas cerca, y más cerca las repulsivas. Mas, si permaneces sereno, verás las cosas en su exacta medida, y el dolor y el goce no perturbarán tu perfecto e inmóvil equilibrio. Sólo en la inmanifestación, en la unión absoluta, está la felicidad real, la paz, la vida, ya sin esa mentira aparente de la muerte.
- Sólo el hombre sabio, o sea, el puro, conocedor y bondadoso, está libre de toda tentación, pues ya no cabalga la bestia fogosa que quiere echarse a correr al ver pasar las tropillas de otras bestias. Tu Yo superior no tiene hambre, ni sueño, ni curiosidad por explorar nuevas tierras, pues en él está todo eso; quienes sienten tales necesidades no son tu Yo.
- Todo pasa para volver a empezar. Las flores mueren, pero el perfume es siempre el mismo, siglo tras siglo. La naturaleza cíclica hace que para las naciones también haya ocasos y largas noches ... , pero también amaneceres ... y digamos que así por siempre ... aunque no sea enteramente cierto. La consciencia temporal no puede concebir más que tiempo ... una ilusión más como la de tamaño, como la de distancia.
- Aún los hombres ateos, sumidos en sus deseos carnales, sienten algo extrañamente superior e imperecedero cuando observan el cielo estrellado. Ello no responde al reconocimiento intuitivo de una Divinidad omnipenetrante, Ley de todas las Leyes, sino a algo psicológico: el simple recuerdo que les trae observar un espectáculo que no varía, que se graba al observarlo vida tras vida.
- Los conceptos e ideas también son, en cierta forma, seres que nacen, se reproducen y mueren, para volver a manifestarse en épocas venideras, tomando nuevos vehículos formales. Todos los rincones del Universo, y en especial del Sistema Solar, tienen su manifestación equivalente en el Microcosmos, el ser humano. El corazón es un sol en miniatura.
- Si bien la Divinidad única e indivisible, absoluta, está en todas las esencias y atributos, no por ello tienen que deducir que todas sus “partes” tienen que estar en eterna paz. La armonía es uno de los atributos del equilibrio, y el equilibrio relativo, dentro del ritmo de un plan evolutivo, se cumple más allá de la violencia formal o aparente injusticia de la lucha.
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