1.- La vida está entretejida con el todo; todo lo que vemos alrededor expresa una faceta distinta de la misma unidad. Mientras más estemos dedicados a la lucha, más profunda se hace la separación. Es inútil revivir el pasado o anticipar el futuro. Ambas acciones nos separan y nos mantienen alejados del lugar donde espera el espíritu. La energía que mantiene en marcha al universo, es la misma que corre en cada uno de nosotros en este instante.
2.- La iluminación no es otra cosa que el dominio de ese misterioso lugar llamado “ahora”, en donde la intención y atención se funden. Cuando miras alrededor, hay eternidad por todos lados. Las personas no ven eternidad porque su visión es demasiado estrecha. Sin embargo, nada puede alterarla o hacerla desaparecer. No hemos sabido reconocer el don divino que permite crear el Cielo a partir de la vida en la Tierra. Cuando Jesús dijo: “Toca y la puerta se abrirá” estaba señalando lo natural que es entrar en el ahora. Una vez que sepamos que la puerta está abierta, sabremos cómo lograr la maestría.
3- Aprenda a reconocer la ausencia de ego. Este estado es natural, sereno y abierto, pero al mismo tiempo despierto y atento. Una persona libre no tiene necesidad de concentrarse en los resultados; no está atada a la opinión de los demás; nunca violenta ni la más mínima acción; se rehusa a escuchar al miedo. Juegue cada juego como si fuera la primera vez. La vida recomienza con cada respiración, cada palabra, cada pensamiento. Sin importar lo que elija, juegue para ser libre.
4.- Albergue un deseo en el corazón y luego deje actuar al espíritu. Existe una conexión intacta entre lo que deseamos y su resultado. Cuando actuamos, el universo nos responde con un resultado, el único resultado posible. Esto significa que el universo entero se está expresando a través de ti, aquí y ahora. Debemos lanzarnos de lleno a los retos de la vida con dedicación y entrega. Sin embargo, hay que tener en mente que uno no hace que las cosas ocurran; somos testigos silenciosos, observadores en el centro de la actividad.
5.- Hace falta toda una vida para confiar plenamente en que existe una inteligencia superior que puede hacerse cargo de todo. Lo más difícil es abandonar toda necesidad de controlar. La libertad llega cuando vemos la contradicción intrínseca de manipular algo que se desenvuelve bien (“No trates de dirigir el río”). Cuando estamos listos, el universo siempre nos muestra lo que necesitamos saber. Todos estamos siendo guiados hacia una conclusión de inexpresable belleza y armonía.
6.- Es posible vivir con alegría en el corazón. De hecho, éste es el don más valioso de todos y el más difícil de adquirir en medio del estrés. Los papeles que desempeñamos producen olas de placer y dolor que nos lanzan de un lado para otro como a corchos en el mar. Sólo podemos reír cuando comprobamos que ningún papel en realidad nos representa. Los papeles existen para que el espíritu pueda tomar forma; somos ese espíritu que sobrevive a todas las figuras y formas. Estaremos aquí mucho después de que una imagen nuestra se haya disuelto para permitir al espíritu asumir otra. Este es el secreto de la inmortalidad: “Los sueños van y vienen, pero el soñador permanece”.
|