No todos los padres y representantes, tienen un contexto familiar adecuado para conversar todos los temas, ya que hay muchas circunstancias que pueden rodear a los padres e hijos.

Posibles situaciones:

1. Haber hijos de diferentes relaciones amorosas,
2. Estar divorciados, viudo o recién separado de la pareja.
3. Estar pasando por un período de traición por parte de la pareja,
4. El hijo haber sido una relación apasionada de una sola vez con un extraño,
5. El hijo sea producto de una  relación prohibida porque alguno de los dos o ambos son casados.
6. El hijo es producto de un embarazo precoz, y no puede compartir con la familia paterna o materna por rechazo.
7. Uno de los dos padres murió.
8. El hijo es adoptado,
9. El niño está siendo criado por abuelos,
10. El niño fue victima de algún abuso sexual anteriormente.
11. Haber malas relaciones entre niños y adultos en el hogar.

 Cada hogar tiene distintos problemas y circunstancias, pero estas diferencias, pueden acoplarse ante la necesidad de proveer protección  al niño, ya que la falta de conocimiento adecuado conlleva a malas experiencias, una forma inadecuada de recibir la información, el niño puede experimentar formas no sanas acerca de la sexualidad, etc.

Lo prioritario es sacar el tiempo para hacerlo, y decirle al niño, que tenemos que sentarnos a hablar de sexo con ellos, y comenzar a orientarlos.

Una forma adecuada de contribuir a la salud sexual del niño, es también orientándole a ellos, a evitar tocar esos temas con otros niños, e incluso con otros adultos, que no van a saber orientarles, y permitirles sentirse confiados de transmitirles sus dudas a sus representantes.

Es necesario educarnos, investigar en libros, en la internet, en programas de orientación televisivos, etc. Para poder cumplir con nuestra misión de manera  acorde y eficaz.

Esta educación, no debe complementarse con fotos, videos o revistas pornográficas, ya que estos recursos de adultos, tienen un efecto nocivo emocionalmente hablando, que afecta a nuestros hijos de por vida.

Estimule en todas las áreas y aspectos de la vida la comunicación no solo en el área sexual, sino emocional, académica, laboral, y en todos los aspectos de la vida cotidiana.

 Sea amigo de su hijo, que cuando el le escuche, no sienta la presión y la carga emocional del tema, sino la confianza y la tranquilidad que le transmite su ser querido.