Estos chicos son un poco más seguros en cuanto a sus interacciones sociales, y tienen más en cuenta los sentimientos de otras personas —todas buenas aptitudes para un invitado—. Sin embargo, todavía necesitarán algunos recordatorios concretos:
- “Haz lo posible por no hacer grandes ruidos”.
Los chicos aman hacer toda clase de ruidos desagradables. Seguramente, habrás escuchado a algún jovencito eructar el alfabeto entero con gran maestría y nitidez. Sin embargo, lo que puede ser gracioso o aceptable en cierto ámbito, no es adecuado en la casa de un amigo. Recuérdale a tu hijo estos conceptos con una frase de este estilo: “Es de mala educación eructar en la mesa, pero si lo llegas a hacer, pide perdón inmediatamente”.
- “No seas un devorador insaciable de snacks”.
Sigue este consejo: alimentar a chicos con estómagos sin fondo antes de una fiesta o de una cita de juegos no tiene sentido. Así y todo, ellos continuarán constantemente buscando comida. La mayoría de las madres están dispuestas a convidar con uno o dos snacks a los amiguitos de su hijo, pero un grupo de chicos insaciables reclamando más y más comida puede convertirse en un dolor de cabeza.
Para ello, debes sugerir a tu hijo a no comer más de los que se le ofrece. Puedes decirle que si sigue tu consejo, después le darás una sorpresa agradable. Claro que tu hijo podría mentirte y aún así acabar con todos los snacks en la casa, pero al menos le habrás dado un buen recordatorio de lo que está bien y de lo que está mal.
- “Si no se les ocurre nada para hacer, sigan pensando”.
Se supone que la mayoría de los padres no serán directores de juegos, y el amigo de tu hijo bien podría no querer elegir cada actividad. Desde luego, tú puedes hacer algo para desarrollar la capacidad de pensar en forma creativa de tu hijo. Si él repite como un loro la frase “¡Estoy aburrido!”, inmediatamente recibe una actividad para realizar —desde limpiar los zócalos hasta reorganizar el estante de juguetes—. Ahora, cuando tu hijo se encuentre en la casa de un amigo y éste diga “Estoy aburrido, no hay nada que hacer”, puedes tener la certeza de que él va a pensar en algo divertido.
- “Debes estar listo para irte cuando yo te venga a recoger”.
Tal vez conozcas la situación: el padre del amigo de tu hijo llega a recogerlo y el invitado esconde sus zapatos o corre escaleras arriba. Es especialmente molesto cuando el otro padre te observa como diciendo “¿No pueden jugar un rato más?” o “¿No podías decirle que se prepare a tiempo?”. Lo cierto es que debemos evitar estas situaciones incómodas entre los padres, y hacer que el chico esté listo al momento indicado. En este sentido, considera recompensar a tu hijo con una o dos horas de TV o videojuegos en casa si está listo para irse a la hora estipulada. Asimismo, elimina uno de sus privilegios si te hace esperarlo durante 10 minutos en el auto.
|