Ahora tienes que decidir dónde escribir, tiene que ser tu lugar en esa hora y ese día, sin que nadie te moleste en tu despacho, tu habitación, tu cama, en la mesa de la cocina, en el bar donde te tomas el café...
Si mantienes la disciplina conseguirás que los demás digan aquella frase tan esperada:
— No se le puede molestar, está escribiendo.
Pero lo que realmente te aconsejo es la creación de un espacio privado para poner a trabajar la imaginación.
Realquila en tu propia casa la habitación de matrimonio, propón algo a cambio por ese rato de tiempo y espacio que tu familia te cede.
Crea un fichero o una carpeta y clasifica tus relatos por ideas, temas y según estén terminados, a medias o simples borradores.
Realiza un álbum de recortes con noticias interesantes que te hayan impactado, y que también reflejen el ámbito al cual te quieres dedicar.
Selecciona los concursos literarios por temas, páginas, y anota los relatos que ya tienes para enviar.
Práctica: anota y titula las ideas de tu libreta en fichas para tener más a mano, realiza un breve resumen en cada una de ellas.
Tu habitación es tu mente, organizarla es primordial para poder encontrar en el momento adecuado el recurso, la información, la idea, que en ese preciso instante necesitas.
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