Tips para no fabricar hijos tiranos
Para introducir este tema tan importante y que nos aqueja a todos los papás y mamás, vamos a iniciar con algunos ejemplos de la vida cotidiana en cualquier familia mexicana
Primera Escena
Es tiempo de navidad, estamos en diciembre y mi hijo va a salir a la calle en su bicicleta, entonces su mamá le dice:
Mamá.- "Es invierno y está haciendo frío ponte la chamarra , no quiero que te vayas a enfermar”.
Papá .- (Papá enfrente del niño interviene diciendo a su esposa) "Nunca había hecho tanto calor en diciembre, déjalo que salga así. No exageres".
Madre.- (contesta la madre alterada y gritando) "Y si se enferma ¿ tú lo vas a cuidar y pagar las medicinas ?
(Continúan discutiendo los papás, el hijo escucha y observa paralizado)
Segunda Escena
Papá regaña a su hijo Carlitos, luego mamá -enfrente del niño- reclama a papá
Papá.- ¡No seas cochino! Aprende a comer, parece que estás en un establo. Solo los animales lamen los platos, no la amueles.
Mamá.- Déjalo, está chico, no está haciendo nada malo
Papá.- ( gritando y molesto ) ¡Tu no te metas! No sabes educar a tu hijo. Lo tienes muy consentido.
( Sigue la discusión y ninguno da su brazo a torcer. El niño observa y escucha)
Tercera Escena
(Papá e hijo salen juntos, el hijo le insiste a papá que lo enseñe a manejar , tiene solo 12 años , papá accede pero le advierte):
Papá.-¡ni se te ocurra decirle a tu mamá porque no te vuelvo a prestar el coche! .
Cuarta Escena
(Papá aplica un correctivo (“castigo”) a su hijo por reprobar dos materias en el mes)
Papá.- "Durante toda la semana no vas a usar los videojuegos, entendido?
Hijo.- bueno
(Cuando papá se va a trabajar el hijo dice a mamá)
Hijo.- Mamá, te prometo que voy a mejorar mis calificaciones pero déjame, déjame, déjame, déjame usar el nintendo por favor, por favor, por favor, por favor…
Mamá.- Solo con una condición, prométeme que no volverás a reprobar ni una sola materia, entendido?
Hijo.- Sí mamá, te lo prometo
Mamá.- Está bien pero solo un rato y que tu papá no se de cuenta
Quinta Escena
( Mamá está desesperada por las travesuras de su hijo)
Mamá.- ¡En cuanto llegue tu padre le voy a decir todo lo que hiciste y que te castigue!
Mamá.- (a papá que regresa del trabajo).- "Mira a tu hijo que no obedece, es un haragán, un grosero y maleducado. Ya no lo soporto, dale un buen castigo.
Papá.- ¡Y quieres que yo sea el malo del cuento ! Los castigos se deben aplicar en el momento, aprende a educarlo y déjame en paz, me duele la cabeza y no tengo humor para batallar, arregla tú el problema.
Mamá.- ( muy enojada) "¡ Claro, como tu no haces el quehacer, ni la comida, ni te friegas cuidando a los niños , se te hace muy fácil! ¡Trabajo mucho más que tu!".
(La discusión continúa, se oyen portazos, amenazas y maldiciones. El niño escucha y observa)
¿ Porqué los hijos no obedecen ? .
Situaciones como las descritas, contribuyen a minar la autoridad de los padres, y en buena medida se debe a que los papás no tenemos conciencia de la importancia de los límites y la aplicación de correctivos (consecuencias) en la educación de los hijos.
En ese caos de autoridad, el hijo o los hijos siempre se saldrán con la suya, y aprenderán muy bien a manipular a papá y a mamá.
En realidad no son los hijos los que socavan la autoridad sino los propios padres creamos las condiciones de invernadero para que los hijos se vuelvan unos tiranos y a veces intocables.
¡Aguas con la permisividad que abunda en muchas familias!
En efecto, muchos padres actuamos de manera permisiva dejando que los hijos hagan prácticamente lo que les venga en gana o por un amor mal entendido (sobreprotección y permisividad); o por miedo a que los hijos se enojen.
El problema no es simple, requiere de un replanteamiento total sobre la educación de los hijos y el papel de ser padre y ser madre.
La estrategia con la cual personalmente estoy de acuerdo para educar a los hijos es aquélla que se sintetiza en dos conceptos: Firmeza y Ternura.
Firmeza significa poner límites claros y adecuados a cada edad, aplicando correctivos o consecuencias, explicando a los hijos que esas consecuencias las eligen ellos mismos si no cumplen o se comportan de cierta manera inapropiada.
Si no aplicamos los correctivos, el mensaje que damos a nuestro hijos es el siguiente: no importa que yo te prohíba o ponga reglas, incluso aunque me enoje y te grite, … siempre podrás quebrantarlas porque no te aplicaré ningún correctivo.
Cuando aplicamos las consecuencias o correctivos, que no son castigos, vamos a ver que sucede:
Si los hijos no actúan conforme a lo previamente establecido y tienen que cumplir las consecuencias, no significa que les vamos a retirar nuestro amor ni nuestra ternura. Baste con aplicar las consecuencias predeterminadas de no cumplir tal o cual cosa, con firmeza, sin titubeos.
¿ Porqué decimos que basta con aplicar las consecuencias ? lo que sucede es que al aplicar ese correctivo ya no necesitamos enojarnos ni pelear con los hijos.
Sería demasiada carga para nuestros hijos además de cumplir con esas consecuencias, que les retiremos nuestro cariño expresado en palabras, caricias, convivencia, etc. Es natural que en el momento de aplicar la consecuencia, papá o mamá pueden estar enojados o molestos, pero basta con aplicar el correctivo. Nuestro enojo debemos aprender a controlarlo, administrarlo para no pelear con nuestros hijos de manera innecesaria. El correctivo cumplirá fielmente su misión si lo aplicamos, nuestro hijo no volverá a romper las reglas, si se atreve para probarnos, volvemos a aplicar el correctivo fielmente y veremos resultados positivos.
Otra situación es la siguiente: El seguir tratando a nuestros hijos con ternura, no quiere decir que voy a retirar la consecuencia previamente pactada. Por ejemplo, si mi hijo reprobó materias, sabe que en toda la semana o el mes, no usará videojuegos,
Pero si pasados unos días, yo le sigo demostrando mi cariño como padre o madre, es muy muy probable que el hijo o la hija aproveche ese momento de ternura para decir,
¿ ya me puedes dejar usar los videojuegos ? te prometo que ya me voy a portar bien.
Como se dice vulgarmente, hay que hacer “de tripas corazón” y no ceder, para que la consecuencia surta efecto, si la retiro, ya valió, ya no sirvió.
|