En los tiempos que vivimos, quien más quien menos es víctima del estrés. Hoy
por hoy es prácticamente imposible librarse completamente de él, ya que
estamos bajo continuas presiones de diverso tipo:
sociales, laborales, familiares, profesionales y económicas. Ante todos
estos agobios, respondemos con un mecanismo de autodefensa que tiene como
objetivo conseguir adaptarse a estas complicadas
situaciones: el estrés
La actitud personal que conlleva el estrés tiene a menudo una parte
positiva, que consiste en la predisposición a actuar sobre el problema para
intentar encontrar una nueva perspectiva con la que poder afrontarlo con
éxito. No obstante, la parte negativa es que esa actitud también va asociada
con desconfianza, impotencia, rechazo, mal humor, irritabilidad y depresión
que pueden traducirse en diferentes síntomas físicos, como cansancio,
tensiones musculares, dolores de cabeza, trastornos del apetito,
alteraciones del sueño, hipertensión arterial, úlceras, etc.
En la vida existe un gran número de factores potenciales desencadenantes del
estrés, como iniciar una relación de pareja, separarse, cambiar de
domicilio, nacimientos, fallecimientos, cambios profesionales, aumento de
responsabilidades, etc. En cualquier caso, lo que estresa es lo que cada uno
considera como "demasiado" o "excesivo", es decir, aquello que nos hace
pensar que supera nuestras posibilidades de enfrentarnos con garantías de
éxito a la situación creada.
Es típico que en el ámbito profesional se produzcan niveles altos de estrés,
comúnmente asociados con el exceso de trabajo. En este caso, la angustia
aparece normalmente porque, al haber mucho trabajo, es más probable que haya al menos una parte que no pueda ser completada a tiempo.
Así, por ejemplo,
muchos trabajadores se encuentran a menudo frente a situaciones del tipo: "tengo llamadas pendientes y no me da tiempo a contestarlas", "está sin
resolver la propuesta que me hicieron en la última reunión", "debería estar
haciendo el presupuesto del año que viene", o "tendría que leer esos
informes que me dejaron sobre el escritorio": en resumen, "¡cuándo voy a
poder hacer todo esto!"
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