Cuando la persona es expuesta a una situación particularmente estresante por un largo período, o a una serie de situaciones estresantes con poca o ninguna
posibilidad de recuperarse esa persona puede desarrollar lo que se llama
Burnout
Burnout es una palabra de difícil equivalencia en castellano, que indica un
desgaste intenso, una "quemazón" emocional y física. La persistencia de la
situación estresante, y la imposibilidad de recuperarse del organismo, lo
llevan a esta condición severa.
Los síntomas de Burnout son
Agotamiento Emocional
Sentimiento de agotamiento
Aplanamiento Emocional
Sensación de imposibilidad de enfrentar la situación
Despersonalización
Anestesiamiento emocional
Insensibilidad hacia los sentimientos y necesidades de los otros
Reducido sentido de logro
Sentimiento de desvalorización
Sentimiento de incapacidad de logro
Tendencia al cinismo
Como se podrá apreciar, todos estos síntomas y signos son muchas veces
fácilmente confundibles con los que caracterizan a una depresión, a la que
muy probablemente se llegará si el estresor persiste y el individuo se ve
imposibilitado de recuperarse. De esta manera puede llegar a instalarse un
círculo vicioso de stress- depresión-más stress. El individuo sometido al
stress desarrolla un burnout, que al no tratarse adecuadamente, lo lleva a
una depresión. Estando deprimido, cuenta con menos recursos para enfrentar
las situaciones por lo que su stress y burnout se agravan, alimentando así
la depresión. También se agregan frecuentemente al cuadro, síndrome de
fatiga crónica y síndrome de irritabilidad latente, haciéndolo más
complicado y difícil de tratar, dado que las personas que brindan apoyo
emocional al afectado comienzan a alejarse, debido a sus explosiones de
irritabilidad.
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