Si La Prevención Falla, Adelante Con La Resolución…
Si articulamos elementos de lo expuesto hasta aquí:
Estrés Positivo – Estrés Negativo
Estimulo – Percepción – Reacción
Elementos Cuantitativos – Cualitativos
Pérdida de salud – Aparición de enfermedades
Prioridad de lo Subjetivo sobre lo Objetivo
Recursos evasivos (sustancias) – recursos verdaderos (enfrentarlo)
Concluiremos que la forma de sentirse bien y permanecer bien es bajar el nivel de estrés, permitiendo que el cuerpo y las psiquis recuperen el equilibrio.
Pero… ¿Cómo?
Dijimos que no hay métodos generales para ello, sino singulares para cada sujeto, pero en un intento de dar una idea masiva sobre algunos cambios de conducta que podrían favorecer al control del mismo, explicitaremos algunas pautas operativas que seguramente serán de gran utilidad. De todos modos, no las tome a rajatabla, flexibilícelas y adécuelas a sus posibilidades.
1) Ordene sus horarios. Para equilibrar su reloj interno. Organice sus horarios para dormir y para levantarse.
2) Descanse lo suficiente Para que su cuerpo pueda recuperarse. Disminuya parte de sus actividades programadas en el día.
3) Reduzca sus compromisos sociales aprenda a decir "no" a muchos de los requerimientos que otros hacen sobre su tiempo.
4) Si tiene que realizar cambios, hágalos de a uno, o solo los impostergables
5) Inicie una dieta sana, anti estrés. Para ello, consulte a su médico o nutricionista, para que lo oriente adecuadamente. En ese orden reduzca el consumo de elementos estimulantes como cafeína, tabaco o alcohol. Si toma medicación –calmantes- infórmese con su galeno sobre la posibilidad de reducirla incluso suprimirla.
6) Realice actividad física. Consulte a un profesional para ver cual es la actividad más adecuada a su persona, inícielas y continúelas.
7) De descanso a su mente. Realice actividades recreativas, bailar, escuchar música, ver películas, leer, charlar con amigos, actividades manuales, meditación, relajación. La mente descansa, realizando actividades que lo distraigan de la cotidianeidad, dando descanso a lo tendiente a resolver problemas, pudiendo de este modo recobrar las energías perdidas. Tengamos en cuenta que la disminución del descontento y la risa suelen ser métodos eficaces para disminuir el estrés.
8) Piénsalo de otro modo. Realizados los cambios –algunos o todos- de conductas propuestos, es importante revisar nuestra percepción y encuentro con los estímulos, moderando las respuestas, a veces mediante la comprensión o la revisión de cómo se interpretan. Ampliar las posibilidades de resolución de conflictos, hace modificar y mejorar las conductas frente a ellos.
Y… ¿Después?
Tengamos en cuenta que no son las cosas objetivas las que afectan al hombre, sino la mirada que se ponen sobre ellas. Un exceso de idealismo o fatalismo pueden perturbar a las personas, tornándose en prejuicio. Los prejuicios –que son muchos y todos tenemos- tienen la finalidad de reducir la angustia, porque aumentan la auto afirmación, explicando y justificando las incógnitas individuales en una fantasía de resolución “universalista” de los problemas.
Es importante flexibilizar posiciones y realizar el análisis exhaustivo y global de los problemas, intentando modificar los aspectos desacertados, desensibilizar situaciones conflictivas y formulando un plan de cambios de conducta.
Para ello es útil realizar una técnica para la resolución de problemas, que consta en varias fases.
1. Comprensión
2. Circunscribir el problema lo mas exactamente posible
3. Desarrollar alternativas.
4. Decisión
5. Examen de la decisión.
La aplicación de esta técnica se inició en la industria y en las empresas, pero es posible trasladarla para el uso individual.
Los resultados de estos métodos, permanecen en el tiempo, fortaleciéndose por entrenamiento modificando las reacciones.
En síntesis
1) Analice sus puntos fuertes
2) Ponga en claro sus objetivos
3) Analice las causas del estrés
4) Reduzca las que pueda.
5) Reconozca los síntomas
6) Conozca las técnicas que mas le ayudan en su caso particular
Y… Por último
Si pese a las intenciones y la implementación de los recursos propios o adquiridos como en el presente curso, frente al estrés negativo siempre se debe consultar a profesionales idóneos, los que prescribirán terapias físicas, psíquicas o sociales de acuerdo a los requerimientos subjetivos con programas diseñados individualmente.
Dentro de las terapias físicas existen los ejercicios de distensión muscular y terapias antiestrés, yoga, tai chi chuan, masajes, hidroterapias etc.
Respecto a las psíquicas, existe una amplia gama de psicoterapias con distintas orientaciones entre psicoanalítica a cognitiva, o a través de tratamientos medicamentosos.
Y dentro de las sociales, se trata del diseño de actividades sociales específicas que faciliten la resolución de los inconvenientes, o por el contrario la generación de espacios de retiros donde el sujeto pueda hallarse consigo mismo para el reencuentro con el ambiente.
Restituido el equilibrio, tal como sugería Hans Seyle, la mejor manera de mantenerlo, es a través del alimento, el ejercicio y el amor.
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