Filosofía de la felicidad
Las caricias y la necesidad de afecto.
 
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Existe un elemento que está muy relacionado con la comunicación. Este término recibe el nombre de caricia. La caricia puede ser positiva o negativa en tanto que sirve para reforzar y estimular el comportamiento del otro o todo lo contrario. La caricia está vinculada directamente con nuestra necesidad de cariño y reconocimiento: son estímulos sociales dirigidos de una persona a otra con el fin de reconocer la existencia de ésta. El descubridor de este hecho fue Eric Berne fundador del Análisis transaccional. Las caricias constituyen el alimento emocional del ser humano; las caricias positivas generan emociones positivas de forma que nutren, en cambio, las caricias negativas roban energía emocional. Por tanto, el ser humano no sólo necesita alimentos para saciar su hambre física sino también para nutrir su estado emocional. El ser humano está completamente protegido y es totalmente dependiente mientras se encuentra en el útero materno, sin embargo, tal seguridad se rompe de forma drástica en el nacimiento. Entonces, el hombre comienza a existir por sí mismo por esta razón se convierte en un ser necesitado de caricias.

Existen distintos tipos de caricias que enumeramos a continuación:

a) Positivas: generan emociones y sensaciones positivas. Suelen ser expresión de sentimientos de afecto y aprecio: por ejemplo, es un placer volver a verte, me alegro de que estés aquí y seas mi amigo. Las caricias positivas también pueden ser físicas: un abrazo, un beso, un apretón de manos…
b) Negativas: producen sensaciones y emociones desagradables hasta el punto que reducen la autoestima y provocan daño moral o físico. Por ejemplo: todo lo haces mal, no sirves para nada, otra vez te equivocaste… Las caricias negativas también pueden ser físicas: un golpe.
c) Mixtas: son caricias falsas ya que aunque el mensaje que pretenden transmitir es en apariencia positivo esconden en sí mismas negatividad. Ejemplo: lo hiciste bien, tuviste suerte. O también: lo has hecho muy bien para ser mujer.
d) Incondicionales: se dan o reciben por el mero hecho de existir. Por ejemplo, saludar, dar los buenos días, dar dos besos de cortesía en una presentación, mirar a los ojos cuando alguien nos habla…
e) Condicionales: a diferencia de las anteriores las caricias condicionales se dan o reciben como consecuencia de un hecho objetivo. Ejemplo: hiciste un buen examen, hiciste un buen trabajo, solucionaste con éxito el problema.

Resumiendo, las caricias positivas, negativas y mixtas reciben este nombre en función del sentimiento que generan en el interior del hombre. En cambio, las caricias condicionales e incondicionales se clasifican en función de determinadas condiciones para recibirlas: las primeras se dan a partir de conductas objetivas, mientras que las segundas se dan por el simple hecho de existir.

 
 
 


   
 
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