La capacidad que tiene el ser humano para comunicarse con los demás es uno de los rasgos propios de su racionalidad. A través del lenguaje el hombre abandona los límites de su propia individualidad para abrirse a los demás y construir algún tipo de relación, ya sea, de compañerismo, amistad o amor. Como ser social el hombre establece vínculos con los demás que constituyen un elemento importante de su felicidad. En periodos de tristeza, por ejemplo, es fundamental el consuelo de los amigos, de la misma forma que en la alegría, se desea compartir con los demás un bien concreto. La tristeza es menor cuando es compartida por el alivio que produce la compañía del otro, a diferencia de la alegría que aumenta al ser compartida con los demás.
Conviene aclarar que el ser humano no sólo comunica a través de la palabra. Este esquema pone de manifiesto que existe otro tipo de comunicación diferente a la verbal, es decir, el hombre también tiene que poner atención en el nivel de comunicación no verbal (lenguaje corporal). Los elementos fundamentales de este tipo de comunicación son:
a) La mirada: un síntoma de una persona con un buen grado de autoestima es que mire al frente cuando va caminando por la calle, sin embargo, las personas deprimidas, por ejemplo, caminan cabizbajas y evitan la mirada de los demás. b) La apariencia personal: el tipo de ropa, la forma de arreglarse, la constitución física es lo primero que una persona ve de otra antes de entablar ningún diálogo con ella. Por esta razón, el ser humano comunica incluso antes de relacionarse con los demás. c) La postura corporal: por ejemplo, los brazos cruzados muestran que una persona se encuentra a la defensiva, el bostezo puede ser síntoma de aburrimiento...
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