Muchas personas dicen que ciertos fotógrafos tienen un ojo especial para tomar buenas fotos. En parte, eso se debe a las aptitudes y a la experiencia. Otra parte es la expresión del arte en combinación con la comprensión de ciertas reglas básicas. Desde luego, como cualquier artista, puedes tomar algunas fotos excelentes que rompan cualquier regla preestablecida, aunque por lo general, será más seguro que tengas en cuenta los siguientes puntos para tomar fotos de calidad y crear imágenes interesantes:
Piensa para ti mismo: “¿Qué voy a fotografiar?”, y ten esto siempre en mente. Identificar el objeto de interés y evitar fondos molestos te ayudará a mantener la foto limpia. Recurre al zoom para eliminar aquellas partes irrelevantes de la escena y captura nada más que lo que estás buscando, evitando objetos como signos, construcciones, o personas que sacan la atención del observador del verdadero objeto de la fotografía.
Un ejemplo de esto es una fotografía de una turba protestando —una imagen colmada en la que el ojo tiene problemas para enfocar el verdadero foco—. Al hacer zoom en un manifestante en particular, el fotógrafo puede dejar bien en claro hacia dónde debe dirigir su atención el observador.
La regla de los tercios consiste en dividir la imagen en tres tercios imaginarios horizontales y verticales. Los cuatro puntos de intersección de estas líneas fijan los puntos adecuados para situar el punto o puntos de interés de la foto, alejando éste del centro de la fotografía.
Cada uno de estos cuatro puntos de intersección se denominan puntos fuertes. Cuando estemos haciendo una foto, si solo existe un único punto de interés, es preferible situarlo en uno de los cuatro puntos de intersección mencionados en lugar de hacerlo directamente en el centro de la foto. Esto suele generar mayor atracción en el espectador que cuando el centro de interés esta en el mismo centro de la fotografía.
No te preocupes si al principio no identificas bien a través del visor o la pantalla de tu cámara dónde se encuentran esos puntos imaginarios. Es normal que al principio te cueste un poco, pero con el tiempo irás cogiendo práctica.
Algunas cámaras réflex traen unas guías en el propio visor que ayudan a tomar referencias. Hay quien pega en la pantalla una pegatina transparente sobre la que hace unas marcas.
Todos recordamos nuestras clases de geometría, dominadas por círculos, triángulos, y curvas tipo serpientes. Aplicar estas simples formas a tu objeto a fotografiar puede ayudarte a simplificar complejas escenas y agregar buenas dosis de interés visual. Piensa en intentar capturar una imagen de una persona caminando por una calle larga y recta. En lugar de tomar una foto frontal y directa, muévete diez o quince metros hacia un costado y fotografía la calle en forma angular. Tener la línea de la calle cruzando a través de las líneas intersecadas de la escuadra de la regla de los tercios puede crear la ilusión de movimiento, ya que conducen el ojo a través de la fotografía. Las curvas en S son todavía más dinámicas; y son un elemento muy recurrente en fotografía, que está relacionado con la sensualidad. También transmiten sensación de movimiento y ayudan a conducir la mirada. En la vida cotidiana encontramos muchos recursos que nos permiten aplicar curvas en "S" en nuestras fotografías. Una carretera, un camino, el curso de un río...; todos elementos visuales muy potentes que dan interés a la fotografía.
Finalmente, las líneas repetitivas también pueden generar movimiento ocular a través de la fotografía, como repetidas olas de arena en una playa o hileras paralelas de casas a lo largo del costado de una carretera.
La mayoría de las imágenes tomadas por fotógrafos amateurs son tomadas a la altura de los ojos —esto quiere decir que la mayoría de estas fotografías son tomadas dentro del rango que va del 1,50m a 1,80m—. Tomar una fotografía desde una posición estratégica más baja (por ejemplo, arrodillado o recostado sobre el suelo), puede agregar más grandilocuencia e importancia al objeto o sujeto de la foto, mientras que una altura superior (desde un árbol o una escalera) reducirá la importancia del sujeto en tu escena.
Un ejemplo de esto bien puede ser tomar desde el suelo una fotografía de tus hijos jugando, o capturar la escena de un supermercado colmado de gente donde ninguna persona tendría prominencia sobre otra.
A la hora de considerar el objeto de tu fotografía, observa a través de la lente y elige los sujetos dominantes (como personas, edificios, árboles) y disponlos de modo que se complementen unos con otros. El equilibrio puede ser simétrico, en el que objetos de igual tamaño son posicionados a los lados del centro de la foto, como, por ejemplo, un jardín podado con arbustos a cada lado. Asimismo, puede darse un equilibrio asimétrico, en el que objetos de distintos tamaños son usados a cada lado del centro de la foto, como, por ejemplo, la escena de una persona de pie entre una casa y un árbol. Las fotos asimétricas son generalmente más interesantes y estimulantes desde el punto de vista visual ya que el observador pasea sus ojos de un objeto a otro.
El enmarcado es una forma de arrastrar la atención hacia el objeto de la fotografía bloqueando o enmarcando partes de la escena mediante la utilización de barreras naturales o artificiales y, al mismo tiempo, logrando sumar prominencia al sujeto, y dotando de una sensación de profundidad a la foto.
Usando este concepto literalmente, puedes intentar tomar una fotografía de una escena del exterior desde un interior a través de una ventana abierta, o capturar una pareja de recién casados besándose en un umbral o vestíbulo para arrastrar la atención hacia ellos. Otras formas más naturales de enmarcar una toma es usando árboles (disparando a través de ramas o agujeros en el follaje) o rocas escarpadas (usándolas como marco para tomar la imagen de una playa).
En definitiva, cualquier elemento que "encierre" el centro de interés nos permitirá enmarcar la foto, dirigiendo la atención hacia el elemento deseado.
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