Los límites ayudan a aclarar en donde terminan nuestras responsabilidades y comienzan las del otro. Estableciendo límites apropiados, poco a poco aprenderemos a resolver nuestros propios problemas y a aceptar que las otras personas tienen el mismo privilegio de resolver sus propios problemas, como quieran.
Todos tenemos límites en nuestras vidas, estemos concientes o no. Éstos nos ayudan a desarrollar una relación sana y llena de amor con nosotros mismos y con los demás.
Son barreras físicas o normas verbales que separan nuestras responsabilidades, sentimientos, necesidades e intereses del de los otros.
Pueden ser de varios tipos y abarcar diferentes aspectos de nuestras vidas. Tenemos límites espirituales, sociales, sexuales, físicos, emocionales e intelectuales.
Necesitamos establecer límites saludables para evitar olvidarnos de nosotros mismos, dedicar nuestra vida al cuidado de los demás, de querer arreglar los problemas de los demás o tratar de controlar a las otras personas.
Para establecer límites primero es necesario escucharse y considerar los propios sentimientos, antes que los sentimientos del otro.
Por lo general las víctimas del abuso se sienten merecedoras del abuso recibido y que fue su culpa, basado en límites confusos y/o deficientes.
Recuerda: Nadie merece ser empujado, abofeteado, insultado, tratado a gritos, que le arrojen cosas, le desgarren la ropa, destruyan sus regalos, le impidan ir a algún lado, ser acosado, seguido o espiado, ser ridiculizado, denigrado, menospreciado tanto en el hogar como en público, y mucho menos nadie merece ser aislado.
Todos tienen derecho a ser tratado con respeto, a ser escuchado, a ser libre, a tener privacidad y un espacio propio, y a mantener una identidad separada.
Interiorizar estos derechos ayuda en el proceso de restablecimiento de límites en cualquier relación.
Hoy en día muchos hijos se creen con derecho a inmiscuirse en la vida privada e íntima de los padres, a tratarlos como si fuesen ellos sus hijos (trastrocamiento de roles), y decirles lo que tienen o deben de hacer, lo que esta bien o mal. En este caso hay una clara falencia de puesta de límites e inversión de roles que debe de trabajarse. No olvidemos que muchos cruzan los límites llegando al extremo de golpear y maltratar a sus padres.
Si quieres que respeten y acepten tus decisiones, privacidad, forma de ser, postura, comienza respetándote y aceptándote a ti mismo y a los demás tal cual son. Nadie es dueño de la verdad. Vive tu vida sin juzgar a los demás.
“Ayúdame a ver la otra cara de la medalla,
no me dejes inculpar de traición a los demás
por no pensar igual que yo.”
Gandhi
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