Ubicación de las flores
en el recipiente
Para la enseñanza básica es conveniente tener un recipiente playo, circular, de unos 40 centímetros de diámetro. Esta que parece una exigencia inútil, no lo es si se considera que de la constante observación de las decoraciones hechas sobre esa base se irá fijando en la mente la idea de la proporción que deben guardar las flores con respecto al recipiente y de las ramas entre si.
Asimismo, el ojo acostumbrado a esta proporción, sabrá calcular las medidas adecuadas cuando uno de los factores varíe.
Consideremos el recipiente básico como un círculo. Trataremos de inscribir mi cuadrado en su circunferencia. Obtendremos la figura siguiente:
La ubicación de las ramas dependerá de sus características.
Las ramas verticales se ubicarán en el fondo A o C.
Si las ramas son colgantes u horizontales deben ser colocadas en el frente.
Según la ubicación dentro de la habitación, habrá de variar el sentido de las ramas.
También influye la profundidad del recipiente. Si este es playo la decoración floral puede estar al fondo, pero si es muy profundo, se evitará que las ramas se vean perdidas, colocándolas en el borde frontal.
Largo proporcional de las ramas
Fundamentalmente son tres las ramas imprescindibles para completar la armonía y el equilibrio de mi arreglo.
1- Una rama larga, la de mayor importancia por su volumen, longitud y valor floral, que se llamará guía.
Esta rama guía tendrá una longitud igual al diámetro mayor de la vasija más su profundidad.
2- La segunda rama será de 2/3 de la rama guía y recibe el nombre de auxiliar.
3- La tercera rama, de una longitud igual a ½ de la guía, se llama llave.
Según las escuelas de Ikebana (Ikenobo, Ohara, Sogetsu, etc.), distintas son las denominaciones que reciben estas ramas. Unos las denominan Cielo, Tierra y
Hombre, o Montaña, Ladera y Valle, o bien Padre, Madre e Hijo.
Personalmente, creo que la denominación de Guía, Auxiliar y Llave, es la que más lógicamente sugiere el rango, la importancia y la longitud de cada rama.
Ahora bien, estas medidas teóricas están sujetas a muchas variaciones. Cuando la flor es grande y se inclina levemente hacia abajo (azucenas, hortensias), se debe cortar el tallo un poco más largo que la medida teórica porque, de lo contrario, daría una sensación baja, corta.
Cuando las ramas son muy finas y endebles, o en aquellas varas o espigas cuyas hojas no se lucirían con la longitud antes mencionada, se las puede cortar más largas.
En cambio las ramas robustas que culminan en flores (peonias, zinnias) se usarán algo mas cortas para que su aspecto no sea demasiado imponente.
Así, pues, hay tantas excepciones en la regla que no es posible estar enunciándolas una por una y aquí es donde interviene el buen gusto del decorador.
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