La psora es una mancha de pigmento espeso, con los bordes definidos, originada en una debilidad de los tejidos orgánicos por residuos químicos inorgánicos ingeridos a través de alimentos, medicamentos, vía transcutánea o por inhalación, los cuales se reflejarán en el iris, causando una predisposición inminente a patologías degenerativas.
Cuando observamos una o más psoras en el iris de un paciente, debemos ser especialmente insistentes en la adopción de hábitos de vida naturales y de medios terapéuticos de depuración para toda la vida, ya que existe el riesgo inminente de que se “desborde” el vaso casi lleno, que en la experiencia del que escribe, se puede transformar en una patología degenerativa con cierta facilidad. En caso de observar las medidas preventivas indicadas, no ocasionará ningún problema.
La psora puede tener diversos tonos, dependiendo del origen del pigmento que la forma, pero su principal característica es que no es penetrable por la luz. En iris claro, con fibras visibles, éstas no podrán observarse en la zona de ubicación de la psora. Esta marca es permanente, no es posible eliminar, pero como se indicó anteriormente, las consecuencias se pueden evitar.
Se requieren varias generaciones para formar, aumentar, disminuir o eliminar las psoras, tanto en intensidad como en tamaño.
Las PSORAS son manchas obscuras, con los bordes bien definidos, como la señalada por la flecha, que indican una acumulación de pigmento de origen congénito.
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