La constitución hereditaria se refleja en el iris mediante las fibras radiales del estroma, las cuales pueden ser muy compactas, (trama fina), lo cual indicaría una constitución hereditaria o densidad ideal, reflejando el resumen de la calidad de vida de las generaciones anteriores, tejidos sanos, mayor resistencia a las enfermedades y posibilidad de una mayor vitalidad si se aprovecha éste auténtico don.

En el extremo opuesto se encuentra la constitución de fibras muy abiertas, desestructuradas, llamada "trama vacuolar", cuyas características son opuestas a la constitución de trama fina. Entre ambas constituciones se ha hecho la siguiente clasificación:

I.- Trama fina (100%)

II.- trama normal (90%)

III.- trama suelta (80%)

IV.- Trama vacuolar (70%)

V.- Trama lagunar. (60%)

I.- Trama fina. Es difícil de observar en la actualidad. Está representado por un tejido compacto, sin aperturas. Indica una magnífica herencia.

II.- Trama normal. Muy parecido al anterior, pero con una ligera lasitud de fibras. Indica una herencia de salud buena.

III.- Se observa relajamiento de las fibras radiales. No hay tendencias patológicas graves. Indica poca resistencia. Tendencia a agotamiento de reservas energéticas.

IV.- Se caracteriza por vacuolas ovaladas o abiertas. Indica un tejido orgánico debilitado con tendencia a lesiones.

V.- Representado por grandes lagunas. La línea del sistema nervioso orto simpático es casi imperceptible, lo cual indica una gran debilidad orgánica.

Las constituciones hereditarias no pueden regenerarse, pero si pueden disminuir los riesgos de enfermedad con una vida prudente y sabia. Según algunos autores, el iris derecho representa principalmente la herencia vital y el iris izquierdo, los factores adquiridos.