Las lesiones y debilidades hereditarias reflejadas en el iris son producto de varias generaciones. Cuando un niño nace de padres que tienen debilidad pancreática por abuso en el consumo de almidones y azúcares, es imposible que nazca con un páncreas fuerte y sano. La naturaleza proporciona el tejido de órganos de la mejor calidad posible, pero dependiendo de la materia prima de la que dispones. Si la materia disponible es de segunda o tercera clase, el tejido será de la misma calidad.
Heredamos las condiciones que nuestros padres nos proporcionaron desde el momento de ser concebidos hasta el momento en que nuestra madre deja de amamantarnos; posteriormente continuaremos con los hábitos higiénicos, alimenticios y mentales que nos enseñan nuestros padres y continuamos con ellos hasta que cobramos conciencia de la calidad de los mismos, con lo cual acentuamos las tendencias hereditarias genéticas. Las debilidades hereditarias no pueden cambiarse, son como una huella digital que se encuentra registrada en el iris para siempre, sin embargo, una debilidad hereditaria no necesariamente representa una patología o enfermedad. La tendencia heredada puede no dar manifestaciones si los hábitos que la originaron se cambian por hábitos positivos, apegados a la naturaleza.
Las debilidades hereditarias no necesariamente reflejarán actividad negativa en el iris, que se reflejaría mediante condiciones de estado su agudo, crónico o degenerativo. Una persona que tiene reflejadas debilidades hereditarias en el iris puede tener una salud tan buena como una que tenga una constitución fuerte y sana.
La iridología tiene ésa gran ventaja sobre otras técnicas de diagnóstico y, posiblemente sea el único medio de determinar la debilidad innata de un órgano antes que se manifieste la enfermedad, lo cual nos posibilita el tomar medidas preventivas que impedirán la manifestación de ésta.
El niño generalmente se parece más a un padre que a otro físicamente.
Si las características inherentes de un niño se parecen a las del padre que no tiene debilidades orgánicas, el niño tampoco tendrá éstas debilidades. Si el otro padre tiene una debilidad inherente en los conductos bronquiales, el niño.
Cuyos tejidos estén estructurados de acuerdo con el patrón de ese padre, heredará la debilidad bronquial.
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