Comienza aplicando una cantidad generosa de lubricante —esto es recomendable para todas las técnicas del jelqing—. Ahora, sostén la base del pene con el pulgar y el índice, como haciendo la señal de “OK” alrededor del mango y aplica una presión firme pero suave. Esta es la empuñadura básica. El movimiento debe llevarse a cabo con el pene semi-erecto, dado que los ejercicios no son efectivos tanto si el miembro se encuentra fláccido como completamente erecto. Debe estar en un punto medio. Si experimentas una erección completa, simplemente detente por uno o dos minutos hasta que el pene haya recuperado una consistencia intermedia.
Comenzando por la base del pene, suavemente empuja hacia arriba el asta hasta la base de la cabeza del pene, tomándote entre 2 – 3 segundos para completar el movimiento. El objetivo es llevar la sangre desde la base hasta la cabeza del pene. Como con cualquier otro ejercicio del jelqing, si sientes alguna clase de dolor en este punto, relaja el movimiento y detente. El objetivo es presionar ligeramente, lo que posiblemente no sea confortable, pero de ninguna manera debe ser doloroso.
Repite este ejercicio al menos 50 veces por sesión, hasta 5 veces por semana. Una vez más, si experimentas dolor, detén la práctica por varios días.
Éste es un ejercicio avanzado, por lo que será conveniente que lo realices a partir del segundo o tercer mes de jelqing. Asimismo, es bueno practicarlo en un estadio avanzado de la rutina, cuando los ligamentos se encuentran lo suficientemente calientes.
Usando una mano para cubrir y proteger los testículos, ligeramente pellizca la base del pene entre el pulgar y el dedo índice. Luego, con un movimiento certero, comienza a cachetear hacia arriba y hacia abajo, haciendo que el pene vaya hasta el abdomen y regrese hasta el dorso de la otra mano. Lleva a cabo entre 200 y 300 repeticiones por sesión.
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