Recuéstate de costado con las piernas perpendiculares al torso (formando un ángulo de 90º al inclinarte a la altura de las caderas), y traba el pene entre las piernas y sostenlo allí (creando una especie de vagina de hombre). Luego, lentamente endereza el torso, tomándote unos cinco segundos para completar el movimiento. A esta altura, deberías sentir un buen estiramiento. Después de 5 minutos, echa un vistazo al glande para asegurarte que la sangre esté circulando bien.
Practica este ejercicio dos veces a la semana, o una sola vez si esa semana estás utilizando otro de los métodos avanzados de estiramiento. Ésta es otra de las técnicas avanzadas de jelqing, así que procura comenzar a practicarla uno o dos meses después de tu iniciación.
Esta técnica es una combinación de otras varias técnicas. Asimismo, usa el concepto del Chi de la “energía vital”. Comienza con una profunda respiración, imaginando que tu pene se llena de energía.
Con un dedo, presiona ligeramente sobre la piel entre el escroto y el ano, presionando la próstata para mantener la energía en el interior. Con la otra mano, sujeta el pene debajo de la cabeza y empuja hacia fuera entre 8 – 10 veces. Repite esta operación también hacia la izquierda y la derecha. Nunca te hagas doler; se trata simplemente de un estiramiento firme.
Con el pene semi-erecto, una vez más utiliza la empuñadura estándar (forma un anillo con el dedo pulgar y el índice alrededor del pene) y ordeña tu aparato entre 8 – 10 veces, llevando la sangre a la cabeza.
Ahora el pene debería estar erecto por completo o casi. Empujando hacia un lado, rótalo en un movimiento de manivela entre 8 – 10 veces. Repite el movimiento hacia el otro lado. Puedes practicar este ejercicio día por medio como máximo, y deja de hacerlo por algún tiempo si experimentas cualquier clase de incomodidad. Siempre, al terminar tu rutina de jelqing, date un buen baño de agua caliente en la tina para relajar el cuerpo.
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