Hay lideres, que se encargan básicamente es de liderar, sin importarles las relaciones fraternales, y esto es un error, que tal vez pueda ser aceptable en el liderazgo secular, pero en el liderazgo cristiano, es un asunto inconcebible.
Las relaciones fraternales, son un aspecto muy primordial en la vida cristiana, y cuando se es líder, se convierte en un asunto vital para que el liderazgo funcione eficazmente. La base fundamental del cristianismo es la unidad, si no se es uno con las personas que queremos liderizar, simplemente no estamos liderizando.
Una de las principales características que debe tener un líder, es que sepa relacionarse con la gente, si no sabe relacionarse con la gente, muchísimo menos podrá saber liderizar a la gente. Cuando formamos relaciones fraternales con las personas a quienes liderizamos, estamos conociendo mas de ellos, para poder ayudarles mejor, y estamos permitiendo que nos conozcan mejor, para que nos aprueben como líderes, para que aprendan mas de nosotros, y para que sepan hacer las cosas como las hacemos nosotros.
Un punto muy importante por verificar y comprobar en una persona, para poder saber si podrá liderizar, es que características tenga esa persona, se debe conocer si tiene buenas relaciones con las personas a quienes se requiere que ella dirija, puesto que, las personas no siguen a líderes de nombre, siguen a líderes que proyectan una imagen que se quiere seguir, si tienen malas relaciones con el líder, por supuesto, no lo seguirán, pero cuando sea un líder que se haya ganado sus corazones, se habrá ganado gran parte de los objetivos por alcanzar en su liderazgo.
No sólo es importante, tener un grado de aceptación por la gente, al momento de adquirir un liderazgo, sino que las relaciones fraternales se deben mantener durante el tiempo de ejercicio del liderazgo, y aun también después de haber culminado el liderazgo. Las relaciones fraternales no son un requisito para poder conquistar un liderazgo, sino más bien son una característica que debe presentar el líder en toda su vida, para poder ser identificado como un líder que sabe tener buenas relaciones, si este líder mantiene siempre la misma actitud sana con la gente, es alguien genuinamente sano, pero de ser una persona que constantemente cambia su manera de llevarse con la gente, este error es un indicativo, de que esta persona no es apta para asumir un compromiso como líder.
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