El hecho de dotar de sentido experiencias tales como la enfermedad o la muerte produce consuelo en el ser humano ya que aporta razones o motivos para sobrellevar de una manera más optimista esa carga tan difícil.
Así afirma: “no hay ninguna situación en la vida que realmente carezca de sentido. Esto significa que los aspectos aparentemente negativos de la existencia humana, y en especial esa triada trágica en la que se incluyen dolor, culpa y muerte, pueden también llegar a transformarse en algo positivo cuando se afrontan con la postura y actitud correctas”.
Es decir, el ser humano puede añadir con su propia actitud personal sufrimiento al propio sufrimiento como sucede cuando una persona se recrea continuamente en su propio dolor. Del mismo modo, la depresión es una forma de huída de una situación que no se está enfrentando de la manera adecuada.
La felicidad del hombre empieza por la actitud que este adopta ante las circunstancias externas y la mejor actitud es la de la aceptación.
La vida humana tiene dosis inevitables de alegría y placer, sin embargo, también conlleva dolor y tristeza. Todo hombre tiende de manera natural a la felicidad y evita en la medida de lo posible todo sufrimiento. Sin embargo, el ser humano busca el sentido de las cosas porque existen situaciones de las que el hombre no puede huir por mucho que quiera como queda de manifiesto en el caso concreto de una grave enfermedad. En ese momento donde el sin sentido puede brotar en el alma humana es cuando Victor Frankl recomienda buscar el sentido de esa situación. El sentido aporta esperanza. El sin sentido, desesperación. La esperanza es el mejor regalo que una persona puede recibir en un momento de dificultad ya que es una emoción que está orientada hacia el futuro, es decir, hacia un bien que está por venir. Por el contrario, la desesperanza cierra toda puerta hacia el mañana en el ánimo del sujeto porque transmite un grado de negatividad, tristeza e impaciencia muy elevado.
Otro de los ingredientes que ayudan a sobrellevar las situaciones complicadas es el sentido del humor. Tener la capacidad de relativizarse a uno mismo y hacer bromas es una herramienta necesaria para afrontar con éxito toda dificultad. Así lo experimentó Victor Frankl en primera persona y dejó su testimonio gráfico en su libro “El hombre en busca de sentido” cuya lectura es recomendable por la gran enseñanza vital que transmite en sus palabras: aportan esperanza, consuelo y optimismo al lector ya que se trata de un pensamiento profundamente humanista.
Evidentemente, no es fácil utilizar el sentido del humor en un momento de dificultad ya que se trata de una capacidad que normalmente surge de forma espontánea. Sin embargo, en algunas ocasiones también puede trabajarse el humor y la risa de forma obligada. Aunque suponga un gran esfuerzo, los frutos que produce tal actitud son muy beneficiosos no sólo para la salud anímica sino también para estrechar lazos con otra persona a través del compañerismo, la amistad o el amor dependiendo del contexto.
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