La misma página -www.azajer.com- dice que existen factores sociales y culturales que generan la disponibilidad y el acceso al juego, la aceptación social que incrementa la prevalencia a este, y el poder de persuasión de los medios masivos de comunicación. La recopilación de textos sobre Ludopatía de López (2005) cita a McCormick y Ramírez (1988, p. 77- 86) para decir que el proceso de socialización es una variable crítica en el desarrollo del juego patológico. El grado con el que el individuo aprende a interactuar de manera competente y eficaz con el entorno influye en el desarrollo de su ego. Es común encontrar en el jugador cierto tipo de creencias irracionales acerca de su propia incompetencia; cree que nada de lo que haga será suficiente y que nunca podrá superarse. En esta medida, el juego le ofrece la oportunidad de conseguir un éxito espectacular que le permitirá ganar la aprobación y el reconocimiento que nunca podría conseguir por otros medios.
Esta página termina diciendo que “además existen otros factores socio ambientales tan comunes al adulto mayor como por ejemplo, la muerte de su pareja, la pérdida paulatina de su círculo de amigos, la separación de sus hijos o de su hogar, las enfermedades físicas citadas y muchos otros factores más, parecen tener una influencia especial en el desarrollo de este trastorno”. La reacción de los adultos mayores a estos eventos u otros de la misma índole y los mecanismos que construyen para ajustarse a sus consecuencias junto con el estilo de su personalidad, lo ponen en riesgo o lo llevan a situaciones que harían realidad la aparición en ellos del trastorno de juego patológico.
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