LaKriya Yoga es una práctica integral que le permite al ser humano descubrir en su propio cuerpo que es Dios, concentrando su mirada fija en el punto entre sus cejas o Kutasha y observar su respiración.
En las Sagradas Escrituras como el Veda, encontramos la explicación del Kriya Yoga.
El Veda es algo que no se ha originado de los seres humanos. Proviene de fuentes externas a los seres humanos. La historia, por ejemplo, es algo que creara gente experimentada.
En estas cosas creadas por los seres humanos, predominantemente por el hombre, se dan posibilidades para cambios, adiciones y alteraciones, cosa que no es posible en el caso de los Vedas que no tienen origen humano.
Debido a que el Veda fue obtenido simplemente escuchando sonidos en la meditación, se hace referencia al Veda como Sruthi. Esto es algo directamente conectado con la inhalación y la exhalación, el aliento por parte del que medita.
Este Divino Aliento implica en los Vedas que es nuestra vida, si no hubiera aliento y vida, no habría ni credo ni fe; y no habiendo fe el ser humano sería inanimado. Aquellos que simplemente recitan el Veda no obtendrán todo su beneficio.
Para lograrlo, deberán recitarlo, prestarle oídos y absorberlo. Sólo los tres aspectos en conjunto entregarán el cuadro total del Veda. Si estos tres aspectos se encuentran enclavados en vuestro corazón, nunca sufrirán ningún daño ni herida, por más poderosos y crueles que sean sus enemigos y por mucha que sea la fuerza con que les ataquen. Sin embargo estos tres aspectos no les bastarán si no los ponen en práctica en la vida diaria; por eso la kriya yoga es la práctica de lo dicho en el Veda. Tampoco han de considerar que los aspectos de, escuchar, reflexionar y asimilar represente imposiciones sobre ustedes. Han de adoptarlos desde el fondo del corazón y llevarlos a la práctica con gusto, no como una obligación ni por miedo a ser castigados. La Yoga no ofrece castigo por su incumplimiento. Es interesante la conexión existente en de toda escritura con el aliento Divino, la inhalación y la exhalación.
Este Divino Aliento es nuestra vida, si no hubiera aliento no habría conciencia, ni vida, no habría ni credo ni fe, y no habiendo fe el ser humano sería inanimado, inconsciente de la otra persona. Veamos pues una resolución al dilema conceptual que muchos visitantes tienen cuando se incorporan al curso de meditación.
¿Existe acaso ser humano alguno que no haya anheladocomprender el sentido de la vida y desentrañarel propósito supremo de la creación? ¿Quién noha deseado disfrutar de seguridad y bienestar, de autoconfianza y de fortaleza para afrontar exitosamente los problemasdel diario vivir? ¿Quién no ha soñado con el amor perfecto,ese amor que no languidece con el tiempo, la vejez ola muerte?Aun cuando todos aspiramos a gozar de una plenitudy perfección perdurables, nos preguntamos si ello es realmenteposible o si son quizás estos anhelos nuestros un merodeseo de escapar de las duras realidades de la existencia humana.
A través de sus enseñanzas y del ejemplo de su vidamisma, Paramahansa Yogananda demuestra que la plenitudinterior que anhelamos ciertamente existe y podemos alcanzarla.En realidad, todo el conocimiento, la creatividad, elamor, el gozo y la paz que buscamos se encuentran ennuestro interior y constituyen la esencia misma de nuestroser.
La “realización del Ser” consiste, precisamente, en aprehenderplenamente esta verdad, no como un mero principiointelectual o filosófico, sino como una experiencia personalcuya realidad nos colma de fortaleza y entendimiento en cadafase de nuestra vida diaria.La mayoría de las personas suele buscar la satisfacción de sus anhelos fuera de sí mismos, no confrontan paradigmas, aceptan conceptos extraños de quienes enseñan modelos de autoayuda para comerciar una supuesta sabiduría. El mundo en que vivimosnos ha acondicionado a creer que los logros exteriores puedenbrindarnos lo que realmente deseamos.
No obstante, laexperiencia nos demuestra, una y otra vez, que nada exteriores capaz de satisfacer completamente ese profundo anhelode “algo más”.Sin embargo, generalmente vivimos esforzándonos porlograr algo que parece siempre encontrarse casi a punto dealcanzarse. De ahí que nos sumerjamos en el “hacer” en lugardel “ser”, en la acción en lugar de la percepción interior.Nos resulta difícil imaginar un estado de calma y reposo absolutosen el que los pensamientos y las sensaciones cesenel continuo movimiento de su danza. Y sin embargo, sóloen esa quietud se puede alcanzar un estado de gozo y comprensiónimposible de lograr de otra manera.La Biblia declara: “Aquietáos y sabed que yo soy Dios”. (1 Salmos 46:10) Esta breve afirmación encierra la clave de la realización del Ser.
La ciencia del Yoga ofrece un medio directo para calmarla turbulencia natural de los pensamientos y la inquietudcorporal que nos impiden conocer nuestra verdaderaesencia. Mediante la práctica de los métodos específicos delYoga; y sin necesidad de aceptar nada sobre la base deuna fe ciega o de una reacción puramente afectiva, llegamosa conocer nuestra identidad con la Inteligencia Infinita,el Poder y el Gozo que dan vida a todo lo existente y constituyenla esencia misma de nuestro Ser. Por lo general, nuestra conciencia y energía se dirigenAdemás del encanto que posee toda novedad como el Yoga, y de la fascinación que ejerce lo que sólose comprende a medias, hay excelentes razonespara que el Yoga tenga tantos adeptos: en primer lugar, brinda la posibilidad de contarcon experiencias sujetas a control, a nuestro control, satisfaciendo así la necesidad científica de disponerde “hechos”; además, en virtud de su amplitudy profundidad, su venerable antigüedad, sudoctrina y método que comprenden todos losaspectos de la vida, ofrece un mundo de posibilidadesjamás soñadas.(Dr. Carl G. Jung)
Pero es necesario, PRIMERO saber lo que es el Yoga. Por tal motivo, El Grupo de Meditación de San Cristóbal, te invita a incorporarte y a trabajar.
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