Pero no es lo mismo tener miedo a volar, que es de lo que hemos estado hablando hasta este momento, que tener una verdadera fobia. Las fobias son una respuesta de temor mucho más extrema y prácticamente imposibles de combatir a través del frío pensamiento lógico.
Si sufrimos de fobia a volar, lo más probable es que esquivemos los viajes en avión completamente, que no podamos ni siquiera acercarnos a una maquina voladora sin sentir que se nos paralizan los músculos y que el sudor frío nos recorre. Los que lo hayan sufrido sabrán que es una experiencia absolutamente espantosa y que no es nada fácil de afrontar.
Si este es nuestro caso, seguramente los consejos anteriores (que igualmente pueden ayudarnos bastante) no nos alcanzarán para poder vencer las trabas y subirnos a un avión. Necesitaremos recurrir a otros tipos de terapias y tratamientos para finalmente ser capaces de poder subirnos a un aeroplano sin entrar en un estado de pánico total.
Terapia de hipnosis
Una de las herramientas más efectivas contra este tipo de fobias puede ser la hipnoterapia. Esta es un tratamiento de hipnosis que trabaja sobre nuestras respuestas involuntarias frente a una situación determinada. En este caso, la situación a la que nos referimos obviamente es el viaje en avión.
Lo que hace la hipnoterapia es modificar la forma en que nuestra mente reacciona cuando debe enfrentarse al viaje, cambiándola de "entrar en total pánico" a "reaccionar con calma y sin ningún temor". Nuestra mente reacciona distinta y, por lo tanto, también lo hace nuestro cuerpo.
Nuestro comportamiento dejará de incluir todas las señales de pánico y aprehensión, para pasar a dejar que nos tomemos lo que esta pasando como algo a lo que no tenemos que temerle ningún tipo de temor.
Lo mejor de la hipnoterapia es que suele funcionar muy velozmente, no suelen necesitarse más que dos o tres sesiones para que el miedo a volar quede en el pasado. Y no suele reaparecer. Es realmente una excelente opción, cuando encontramos a un profesional que realmente conoce su trabajo y que puede llevar a cabo el tratamiento con precisión.
Lo único que podemos decir en contra de este tipo de terapia es que mucha gente puede no sentirse cómoda teniendo a una persona metiéndose en su cabeza y modificando por hipnosis la forma en que esta funciona.
Por supuesto, no hay motivo para atemorizarnos por esto, ya que es una técnica segura y que no representa ningún riesgo, amen de que los profesionales conocen lo que están haciendo y en ningún caso tomarían caminos que no son los que le son requeridos. Por lo tanto no hay por que sentir temor, sino que hay que animarnos y poder superar nuestro problema.
La respuesta exacta (y la velocidad de la misma) a la terapia y la hipnosis dependerá, por supuesto, de cada persona como individuo, pero en definitiva se puede decir que es muy efectiva.
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