Han estado apareciendo también en los últimos tiempos toda una serie de "terapias de poder" que se muestran realmente muy efectivas a la hora de enfrentarse con los temores y con las fobias.
Por supuesto que dentro del amplio número de fobias que pueden ser tratadas con estos métodos esta incluida la fobia a volar, sino ni siquiera nos estaríamos molestando en nombrarlas en este curso.
Estas "terapias de poder" suelen tener como ventaja que dan resultados muy rápidos, mucho más de lo que otros tratamientos más tradicionales pueden ofrecer, así que se presentan como una muy buena opción, cuando se las lleva a cabo con un profesional que sabe lo que esta haciendo.
Como un ejemplo podemos nombrar la que se ha denominado "terapia del campo del pensamiento". Esta es una técnica de acupuntura, básicamente, que usa una utilización sistemática de presión sobre los puntos de acupuntura, ayudando de forma muy efectiva a reducir el miedo y la ansiedad asociada directamente con el efecto de la fobia.
Otras técnicas utilizan también la presión y la utilización de agujas de acupuntura en puntos claves específicos del cuerpo, en un orden determinado y con una secuencia también determinada, lo cual permite eliminar todos los pensamientos negativos tanto de la mente de la persona que recibe el tratamiento como de su campo de energía.
Finalmente podemos hablar de otras "técnicas de poder" que permiten reprocesar los recuerdos y las memorias traumáticas, a través de movimientos dirigidos de los ojos, permitiendo que se pierda sensibilidad ante estas partes de nuestra mente que nos resultan negativas y que son probablemente las que nos causan la fobia que nos tiene paralizado.
Tenemos que buscar a un especialista especialmente entrenado en estas técnicas, que nos parezca serio y del cual no tengamos dudas de su seriedad, y probar durante algunas sesiones antes de nuestro vuelo. Suele ser suficiente con unas pocas sesiones para que podamos superar en gran parte nuestros temores, así que rápidamente deberíamos poder ver (o sentir, mejor dicho) la diferencia en nuestra reacción ante la perspectiva del viaje.
Clase 6: Medicamentos
Otra opción que nos queda por ver aunque sea rápidamente son los medicamentos que pueden ayudarnos a superar un viaje en avión.
El tema es que los medicamentos no son nunca una solución a largo plazo. No estamos tratando con una enfermedad de origen físico (al menos en la mayor parte de los casos) que puede ser tratada con un antibiótico hasta que ha desaparecido.
Los calmantes y las medicaciones contra la ansiedad que podría recetarnos cualquier doctor para uno de estos casos seguramente nos permitirán tomar el avión si es que necesitamos hacerlo de urgencia, o sea, no tenemos tiempo para seguir un tratamiento adecuado que nos permita superar nuestros miedos de una forma natural, sino que necesitamos poder hacer el viaje sí o sí.
Siendo este el caso, la medicación nos sacará del apuro, pero no será una solución definitiva, con lo cual quedaremos destinados a tomarla cada vez que necesitemos viajar (lo cual es algo que siempre es preferible evitar, la dependencia de un medicamento).
Una vez superado este momento, si vemos que realmente no podemos subirnos a una maquina voladora sin ayuda externa, es probablemente el momento para empezar a buscar la solución en uno de estos tratamientos de los que hemos estado hablando a lo largo de este curso. Estos son mucho más útiles para ponerle fin de forma definitiva a lo que nos esta ocasionando el problema.
Otras ayudas
Igual, no son estas todas las posibilidades. Es más, no son ni siquiera una mínima parte de las mismas, ya que en muchos casos son las cosas que nos rodean y nuestras propias experiencias los que pueden ayudarnos a encontrar una nueva manera de enfrentarnos a nuestros temores y a superarlos o por lo menos minimizarlos todo lo posible.
Ejemplos de este tipo de cosas abundan y pueden ir desde las flores de Bach (que tipo puede ayudarnos en esta situación dependerá un poco de nosotros mismos) hasta la posibilidad de llevar con nosotros a nuestra mascota.
Esto puede parecer muy raro, pero la realidad nos muestra que ciertas compañías nos dejarán viajar con una mascota, si es que esto esta aconsejado por nuestro medico con una nota escrita. Por supuesto, no estamos diciendo que puedan llevarla en un asiento contiguo, con toda comodidad. Pero sí podemos llevarlas sobre nuestra falda.
Debe tratarse, por supuesto de un animal de una tamaño no demasiado considerable. Las mascotas tienen un efecto muy relajante sobre sus dueños (aunque muchas veces no sobre el resto de las personas) y pueden resultar ser una gran ayuda para evitar que nuestros nervios se escapen totalmente de nuestro control.
Y, por supuesto, hay institutos especializados que pueden ayudarnos en este trance. En estos lugares pueden darnos algunos consejos que a la hora de abordar la escalerilla que nos lleva al avión tendremos en la cabeza y notaremos que realmente nos resultan de utilidad.
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