"Furtiva pareja contra el muro, en la sombra (...)
Ella tiembla, su boca inexorable, y en sueños
entreabre el jardín de sus rodillas
sus legendarios pezones resplandecen
detrás de las montañas.
El la arrastra, la estrangula en una ardiente liturgia,
le arranca el vestido, gime por una gracia de amor."
-- E. Molina –
La miel es de carácter afrodisíaco; y como consejo final para las damas: su consumo
excesivo disminuye la lubricidad, así que es de recomendar el uso que se atribuye a Cleopatra, ella confiaba plenamente en los poderes de la miel que, junto con polvos de almendras, colocaba en su entrepierna... dicen que tanto a César como a Marco Antonio, les resultó imposible volver a probar tales placeres en otra mujer que no fuese ella...
Entonces, después de todo, jugate y frotale las partes intimas con miel y polvo de almendras, luego probalo, te aseguro que además de gustarte demasiado, él o ella te harán lo mismo y se van a procurar el más elevado de los placeres.
** En ritos tántricos, en la India, se usaba una mezcla de hachís con miel y ámbar gris.
"Si un hombre, después de haber frotado su Lingam con una mezcla de polvos de manzana espinosa, de pimienta larga, de pimienta negra y de miel, tiene comercio sexual con una mujer, la somete enteramente a su voluntad".
-KAMA SUTRA-
"Primer Vajikarana (afrodisíaco)- Luego de haber expuesto el jugo del Buya-Kokal (solanum jacquini, planta espinosa), al sol hasta la desecación, añadirle manteca derretida, azúcar cande y miel. Esta prescripción da fuerza de diez hombres y permite a uno solo el contentar a diez mujeres".
-EL ANANGA RANGA-
** Era conocido el uso de la miel entre las sacerdotisas de Afrodita, que además de brindar placer y regocijo a sus amantes masculinos, practicaban entre ellas el juego del amor.
"Cuando, en la tarde, mis párpados se inclinan,
y respiro el olor de tu seno ardoroso,
me creo transportado a un país delicioso,
que los fuegos de un sol monótono iluminan.
Es la tierra de pereza donde veo, a la sombra,
de árboles singulares, cuyo fruto es sabroso,
hombres de cuerpo enano, ágil y vigoroso,
y mujeres cuyo ojo franco y límpido asombra.
Tu olor me hace vagar por los ardores indos,
y veo un puerto, y mástiles y velas blanquecinas
todavía cansadas de las olas marinas.
Y el perfume de los lejanos tamarindos,
abriendo mis sentidos a placeres ligeros,
se junta en mi alma a un claro cantar de marineros".
-- Perfume exótico; Charles Baudelaire -- de "Las flores del mal" --
|