"Después de tantos siglos de silencio dondequiera que estés, muerto o resucitado, tú no eres sino el conjunto de aromas que aspiraste mientras vivías. Huelen todavía a paja quemada las tardes de verano. El aire húmedo que precede a las tormentas, la esencia de tierra mojada cuando el aguacero ha pasado, el vapor de mucosa materna que despiden las algas podridas en aquella cala azul (...) permanecen aún en este valle esperando que vuelvas.
También en la ciudad vacía están en pie como firmes sillares los aromas que sustentaron tu vida. Los lápices Alpino, cuya fragancia va unida al sabor del chicle de fresa, aún fermentan el aire estancado del aula de primaria.
El moho de la capilla penetrado por los cirios, la fetidez del urinario que inunda la sala de billares, el alcanfor en los armarios cerrados, el desodorante de los cisnes, la miel que derraman las librerías de viejo, todos esos perfumes que forman parte de tu propia resurrección. Sobre aquella tumba cubierta de flores silvestres, tu carne volverá a brotar cuando el viento te traiga otra vez a este valle junto al altar de Diana".
-- Manuel Vicenti "A favor del placer" --
Bueno, si puedes identificarte con estas vivencias, con estas pequeñas experiencias de vida, estás un paso más cerca de comprender la esencia de los afrodisíacos y la base que fundamenta a la "cocina afrodisíaca".
Nos vemos en otros encuentros: HASTA SIEMPRE.
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