Independientemente de cómo reacciona cada docente a la tecnología y cómo este hecho determina la relación que establece con ésta y con el alumnado, existen otros factores que pueden hacer que los alumnos se sientan más o menos motivados para estudiar; y es que se perciban como los protagonistas de su aprendizaje.
Pero, ¿cómo se consigue que un alumno se sienta el actor principal de su formación? La respuesta es bien sencilla: empleando el APRENDIZAJE POR DESCUBRIMIENTO.
Ahora que la UNESCO está trabajando con todos los gobiernos para que adapten sus sistemas educativos para que los estudiantes alcancen las Competencias Básicas mínimas al final de la Educación Secundaria, no se deja de hablar del aprendizaje por descubrimiento, pero muchos padres e incluso algunos docentes todavía no tienen muy claro a qué se refiere esta tendencia pedagógica.
El aprendizaje por descubrimiento es obra de Jerome Bruner, un psicólogo norteamericano que dedicó la mayor parte de su carrera a investigar sobre los procesos de enseñanza y aprendizaje.
Este tipo de aprendizaje trabaja el pensamiento inductivo, al contrario que la metodología expositiva comúnmente utilizada en las aulas, que trabaja el pensamiento deductivo, y se basa
en la presentación de problemas al alumno por parte del profesor, para que éstos los resuelvan aplicando conceptos generales.
Para afrontar este tipo de problemas, el alumno deberá emplear el pensamiento analítico, intuitivo e inductivo. Ya se ha hablado del pensamiento inductivo anteriormente, pero ¿qué es?
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