Las estadísticas no mienten. Y las estadísticas lo confirman: hablar en publico es el mayor miedo en la mayor parte de los seres humanos. Aun mayor que la muerte. O sea, en un funeral, la mayor parte de las personas prefiere ser la persona que ha fallecido que tener que decir el discurso. Es un hecho por lo menos curioso, ¿no?
Pero hablando seriamente, lo innegable es que lo más probable sea que en algún momento tengamos que hablar en publico. Ya sea para dar un discurso por recibir un premio, hacer un brindis en una boda o simplemente dar un examen oral frente a un grupo de profesores, lo cierto es que. en el momento de demostrar nuestra facilidad de palabra, probablemente no nos gustaría demasiado fallar tristemente por que un miedo absurdo nos ate las cuerdas vocales y no nos permita expresarnos con toda la soltura a la que estamos acostumbrados. Por ello, he aquí unos cuantos consejos mas que útiles a la hora de enfrentarnos a ese monstruo horrorosos llamado audiencia.
Consejo 2: Preparando nuestro discurso
Antes del momento de dar nuestro discurso, debemos prepararnos.
Por un lado, una buena idea es practicar el discurso enfrente de nuestros amigos o de nuestra familia.
Debemos asegurarnos que las tarjetas con las notas de nuestro discurso son fáciles de leer, que la letra es clara y, preferentemente, de gran tamaño. No queremos, en medio de nuestro discurso y al ir a nuestras notas para sacarnos una duda, tener que luchar con una letra prácticamente ilegible, que nos fuerce a perder tiempo y atención del publico en descifrarla. La mejor forma de llevar nuestras notas es en una serie de fichas bibliográficas, de gran tamaño y preferiblemente coloreadas dependiendo del tema y de la parte del discurso al que se refieran.
Las partes más importantes de nuestro discursos, aquellas vitales y con las que esperamos marcar algún punto especialmente importante o, al menos, crear un efecto, deben estar resaltadas en las fichas.
Además, ayuda estar familiarizados, de ser posible, con la forma y distribución de la sala donde daremos el discurso.
Recuperando la línea
Probablemente lo peor que nos puede pasar en el momento de estar dando el discurso propiamente dicho, una vez que hemos logrado superar el temor inicial al publico y cuando parece que estamos en la ruta correcta, es perdernos, olvidar por donde vamos, no saber como continuar. Además, esto probablemente traiga aparejado un alto nivel de agitación en nosotros, y el regreso de las dudas e inseguridades que parecía que habíamos logrado superar.
No hay otra cosa que decir que que debemos estar preparado. Pero aun la persona mas preparada y con la mayor cantidad de experiencia en dar discursos se pierde alguna vez.
Pero, gracias a Dios, tenemos nuestras notas que nos salvaran la vida en una situación como esta. Un vistazo a ellas y deberíamos estar en condiciones para ubicar el próximo tema del que debemos hablar y continuar con él. Por esto son útiles que estén marcados con colores brillantes.
Un detalle interesante para mantener en nuestra mente es que la audiencia probablemente no tiene ni idea de que tenemos un problema, de que no hemos saltado una parte del discurso. En fin, probablemente la audiencia no tiene ni idea de que nos hemos perdido. Sonriamos y sigamos adelante.
Agregar palabras a nuestro texto, improvisadamente, puede resultar muy útil, ya que nos permitirá huir de situaciones embarazosas, disimulando cualquier hueco que se haya generado. Por supuesto, debemos hacerlo bien, no es cuestión de decir cualquier cosa, pensando que esto nos permite disimular. Puede ser aun peor, ya que decir lo primero que venga a nuestra mente puede hacer obvio que nos hemos perdido. Pero, si lo hacemos hábilmente, tendremos una puerta de escape ante la duda. El único gran problema que nos puede traer es si tenemos un tiempo determinado para dar nuestro discurso y lo que agregamos empieza a alargarlo tanto que se nos acaba.
Así que, si podemos, volvamos velozmente a nuestro tema principal, de una forma tan elegante como sea posible.
Hablando primeros o últimos
Una duda existencial en el momento de decidir como dar nuestro discurso. ¿Nos conviene el primer lugar o hablar últimos, cuando ya todos han pasado y hecho lo suyo? ¿Si soy una persona que se pone muy nervioso y se pierde fácilmente, es el medio del programa una buena posición? ¿Cómo puedo decidir cual es el mejor momento para mí?
Muchos oradores muy exitosos prefieren hablar primeros. Por supuesto, es gente acostumbrada a dar discursos y tienen otra preparación. No a todos les conviene esta posición.
Mucha gente se pone más nerviosa pensando en el discurso que realmente dándolo. Por supuesto, a estas personas les conviene tomar el primer lugar, para no tener tiempo de tener una crisis nerviosa, por decirlo de una forma un tanto exagerada.
Por otro lado, a la gente que se pierde fácilmente o se pone muy nerviosa, le conviene dar su discurso en el medio del programa, siendo este el lugar mas “seguro” y menos exigente.
Ahora, si estamos muy seguros de nuestro discurso y de cómo será nuestra actuación, podemos tomar el ultimo lugar, que es una posición con un poco mas de presión sobre nuestros hombros, ya que quien da el ultimo discurso también da la ultima imagen que ve la audiencia, la imagen con la que se irán luego de concluido el evento. Por lo tanto, la ultima persona en hablar tiene que realizar lo suyo de la forma lo más correcta posible, para que la audiencia se vaya con la mejor imagen posible.
En fin, cada posición en el programa tiene sus propias complicaciones y dificultades. Depende de nosotros conocer nuestros puntos fuertes y débiles, para saber que posición nos conviene tomar.
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