Muchas veces es bueno advertirle al público cosas simples como que sus preguntas no molestan ya que usted fue puesto en ese lugar para contestarlas, que se diviertan en sus trabajos que no lo tomen como una obligación a cumplir, y en el caso de sentirse disconformes con alguna tarea que lo hagan saber, que está bien imitar a un compañero en su desempeño si vemos que está actuando de una manera correcta que uno no tenía en cuenta, etc.
De esta forma usted podrá hacer que el público se sienta relajado mientras les habla, y creará un clima propicio para la participación de la audiencia.
¿De qué se trata esto?
Una vez que haya ganado atención del publico y su confianza, ya puede empezar a delinear su discurso.
Para comenzar, es muy útil aprovechar la introducción para que audiencia sepa de qué tratará la presentación, ofreciéndoles una imagen global, un mapa mental, de lo que usted va a decir.
El objetivo es que todos, tengan o no una opinión formada sobre el tema, tengan una perspectiva clara del asunto a tratar y de la finalidad de la presentación.
Una buena idea puede ser presentar pequeños fragmentos del tema a tratar, y relacionarlos con algo que a la audiencia le sea familiar y le importe, de manera de transformar la presentación en algo relevante para ella.
También es conveniente, si se tiene una pizarra, dibujar de antemano un diagrama con los puntos principales a tratar en la charla e ir señalándolos a medida que avanza en su discurso. O bien puede hacer una diapositiva en Power Point con una diapositiva con el mismo contenido.
En todos los casos, es esencial saber si su audiencia está enterada del tema o sabe muy poco de lo que va a hablar. Ya que de eso depende la información que usted les dará. A veces hay cosas obvias que es mejor evitar, para no volver tediosa la charla.
Como regla general, a menor conocimiento del público mayor detalle del “mapa”, pero sin que se transforme en un resumen de la presentación.
¿Cómo decidir?
La decisión dependerá:
1- Del estado de ánimo que quiera crear: por ejemplo, si quiere un público relajado y con mucha confianza en usted, no sería lo más apropiado comenzar con una afirmación polémica o “agresiva”
2- De su audiencia. En este sentido, lo mejor es estudiarla por anticipado, y tratar de deducir cuál sería el mejor enfoque.
Sobre todo, evite el mayor de los errores: suponer que todos los públicos son iguales, y que lo que funcionó (o no) con uno funcionará con todos.
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