Cuando nos disponemos a preparar una presentación lo primero que nos surge preparar es el texto, o sea la información que le vamos a brindar al auditorio.
Sin embargo, deberemos tener en cuenta que lo que nosotros decimos casi siempre es olvidado con el paso de las horas. Los seres humanos, por naturaleza, aprendemos o memorizamos las cosas que vemos, no tanto lo que escuchamos.
Luego de una presentación, la mayoría de las personas que asistieron a la misma tienden a olvidarse lo que se dijo.
Por eso es imprescindible que toda presentación lleve consigo algún soporte visual, pues lo que se vio se recuerda el doble de lo que se escuchó.
Los oradores que utilizan un soporte visual son considerados por parte del público como más profesionales que alguien que se pare a hablarles solamente, por más interesante que sea el discurso.
Por eso es muy importante aprovechar los dos aspectos, tanto el visual como el discursivo, para que se retengan por lo menos los aspectos más importantes de la presentación (lo que se vio y escuchó se recuerda el triple de lo que sólo se vió, y seis veces más de lo que sólo se escuchó).
Obviamente, el uso de un soporte visual debe estar justificado. No hay que usarlo porque sí. Y casi siempre es recomendable no combinar varios soportes visuales a la vez, ya que eso requiere de mucha práctica.
A continuación le presentamos algunos soportes visuales que puede llegar a utilizar en sus presentaciones. La elección depende de su experiencia en el manejo de la herramienta, de lo que presente, de las ventajas y desventajas de cada soporte, etc.:
Pizarrón o pizarra
Este método quedó en el pasado. Muchos oradores de antaño utilizaban el pizarrón para ir escribiendo mientras hablaban. Ahora ya casi ni se utiliza salvo para pequeñas reuniones de no más de 15 personas.
Lo bueno es que es el método más barato del mercado, pero a su vez es demasiado limitado, ya que en una presentación de más de 30 personas, los que se sienten más atrás difícilmente puedan leer lo que usted escriba. Además deberá tener una letra legible para todos, lo que es muy difícil de lograr.
Pizarra plástica
Este método es muy parecido al anterior, la única diferencia es que al ser de fondo blanco se pueden utilizar marcadores o fibras de colores, que permitan distinguir un poco más lo que usted escribe.
Casi siempre se utilizan en reuniones informales, dentro de una oficina por ejemplo, como alternativa al tablero de hojas móviles.
Acá también juega un papel importante su letra. Por las dudas lo recomendable es siempre escribir en mayúscula y en imprenta.
Por último, tienen la desventaja de que se pierde lo que usted escribe al momento de borrarlo.
Tableros con hojas móviles
Otro método muy económico, pero también tiene sus inconvenientes.
Se pueden utilizar colores para destacar partes de lo que escribe, pero hay que tener cuidado en la elección de las fibras ya que algunas tintas pueden desparramarse por el papel, lo que da impresión de desprolijidad.
Muchos oradores lo usan para anotar todo previamente a la presentación y una vez comenzada la misma van pasando hoja por hoja mientras avanzan en su discurso. En este caso, pegue una etiqueta en una esquina de cada página, para poder encontrarlas más fácilmente.
Sin embargo, son difíciles de transportar y, si no tiene buena letra, mejor cambie de soporte.
De todos modos, puede ser una alternativa en los casos en que la audiencia sea menor de treinta personas y se necesiten utilizar varios colores, mostrar información instantánea o hacer listas de ideas.
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