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El arte de las presentaciones eficaces y vendedoras:
Curso gratis de presentaciones de alto impacto

El público es su amigo

 
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Cuando a usted le encomiendan una presentación, lo que le espera son muchas personas escuchándolo. Aunque la mayoría de las veces uno cree que está solo frente a una gran indiferenciada de gente, esto en realidad no es así. Siempre que haga una presentación usted tendrá cientos de reacciones que denotarán –o no- interés por lo que usted este diciendo.
A esto es lo que todos los oradores temen: el feedback del público.

Por ejemplo: en una conversación cara a cara estamos acostumbrados a recibir muchas señales, ya sea físicas o verbales, de parte de la persona que nos escucha.
En una presentación pasa exactamente lo mismo, pero multiplicado por cientos de reacciones.

Lo recomendable cuando uno esté nervioso ante cierta cantidad de gente, es comenzar a hablar tranquilamente y buscar algún rostro amigable entre el público, que notemos que realmente se está interesando por lo que decimos.

 

Busque un rostro amigo, y comience a recibir el feedback del público

 

Cuando nos enfrentamos por primera vez ante un auditorio, la primera sensación es la de ser el “blanco” al que todos apuntan con sus miradas. De esta manera muchas veces perdemos confianza y los pensamientos negativos se apoderan rápidamente de nosotros.

Por eso, mientras más rápidamente encontremos una cara que se muestre interesada en nuestro discurso, mejor será nuestra presentación.

En una presentación siempre hay un feedback, aunque nos parezca lo contrario. El problema es que este feedback aparenta ser muy escaso, pues lo único que generalmente nos llega son los signos no verbales.

En este punto, hay una trampa psicológica en la que no debemos caer: por lo general, la falta de feedback se identifica con un feedback negativo, pues nuestra tendencia es pensar: “si no reaccionan es porque no les gusta”.

¡Pero esto no es así!

Uno de los problemas más grandes de la comunicación entre los seres humanos es que le asignamos a lo que el otro nos dice un significado que muchas veces no se corresponde con lo que realmente nos quisieron decir.
Y lo mismo ocurre con la comunicación no verbal (o con la falta aparente de comunicación).

¡Preste atención a la comunicación no verbal!

 
 
 
 
 


   
 
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