Como dijimos en clases anteriores, una excelente fuente de confianza es saber qué clase de personas van a asistir a su presentación y por qué.
De esta manera usted podrá comprender a su audiencia, saber lo que van a buscar, qué cosas les gustarían que usted dijera, etc.
En general, la mayoría de los públicos necesitan de ejemplos prácticos mientras usted desarrolla un tema, para entender mejor de lo que se está hablando. Por eso es bueno cada tanto intercalar un ejemplo de la vida cotidiana para que se entienda el concepto de lo que queremos decir. Aunque estos ejemplos no deben ser muy abundantes.
Hay que “escuchar” lo que ofrecemos, para ver si la audiencia a la que nos referimos está interesada en lo mismo que nosotros le ofrecemos.
Si no conoce nada de su audiencia, una buena manera de llegar positivamente a la mayor parte de su público es tener en cuenta que, fuere cual fuere el tema de la presentación, usted debe:
- Explicar
- Mostrar
pues, dependiendo de la manera en que cada persona del público procese la información que usted le proporcione (lo que se conoce como “modo de pensar favorito”, o MPF), habrá quien necesite “ver adonde quiere llegar”, “escuchar lo que tiene para decirle”, o “sentir de qué se trata”.
De este modo, se expresan los tres MPF principales: visual, auditivo y sensorial (recuerde que todos –incluyendo usted- tiene un modo de pensar favorito, que predomina sobre los otros, y que hará que le resulte más fácil comunicarse e “impactar” sobre quienes tienen el mismo MPF que usted).
Por ello, usted tiene que preparar su presentación para que su audiencia:
- Escuche lo que le está ofreciendo
- Vea lo que quiere decirles
- Capte los conceptos básicos de su presentación
- Termine sintiéndose cómoda con el objeto de su presentación |
La motivación es un punto importante. Es muy complicado motivar a una audiencia entera (imposible, en realidad), por eso lo esencial es abordar el tema desde el punto de vista positivo y desde el negativo, ya que hay personas que se interesarán por el “a favor” –las que se motivan por lo que pueden llegar a lograr (por ejemplo: “si compro este producto podré...”-, y otras por el “en contra” – las que se motivan por las cosas que querrían evitar (por ejemplo: “si no compro este producto, corro el riesgo de que...”) -.
Por lo general, 40% es gente “a favor”, 40% es gente “en contra”, y el 20% restante se ubica en un punto intermedio.
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