1- Conserve la compostura
Aunque el que formule la pregunta le resulte pesado o incómodo siempre lleve el tema con altura.
Esté relajado a la hora de responder. No exteriorice sus sentimientos aunque estos sean muy fuertes. Sea educado en sus respuestas.
Si una pregunta (o persona) lo saca de quicio, trate de “desconectarse” emocionalmente de la misma, tomando conciencia de lo que siente, para luego apartar esos sentimientos y responder adecuadamente.
La audiencia valorará su actitud si usted se mantiene serio y habla de una manera correcta.
2- Fíjese en la actitud del resto del auditorio
Muchas veces las caras o movimientos del público le darán a usted el termómetro para medir la reacción ante una pregunta.
a- Si se miran entre sí y se echan para atrás en el asiento, es porque están a la expectativa de lo que pueda ocurrir entre usted y el preguntón, buscando “entretenerse” con la situación.
b- Si ve que todos miran al que formula la pregunta y asienten con la cabeza, o si miran al que preguntó más que a usted, entonces deberá tener en cuenta que están validando esa pregunta.
c- Si parecen disconformes y lo miran a usted más que a quien preguntó, es porque probablemente estén irritados por la interrupción, y estén esperando que usted la dé por terminada lo antes posible.
3- Adecúe la respuesta a la reacción de la audiencia
En los casos a) y c), simplemente repregunte, por ejemplo: “y usted, ¿cómo resolvería la situación que plantea?”, y espere a que se desahogue y/o el público comience a parecer aburrido. En ese momento, ponga un fin educado pero claro, por ejemplo: “es muy interesante su aporte, pero lamentablemente no tenemos más tiempo y debemos pasar a...”
Cuando la persona comience a hablar, mírelo, pero luego vaya moviendo la mirada ostensiblemente hacia el resto de la audiencia, como buscando más preguntas o comentarios.
En el caso b), en que la audiencia parece estar de acuerdo con quien pregunta, tendrá que evaluar muy bien que es lo que le conviene hacer, si proseguir o no la discusión. En todos los casos, debe siempre ser honesto y presentar sus motivos con racionalidad, los disgustados siempre serán menos –aunque no pueda responder lo que le han preguntado- que si hace lo contrario.
Si todo falla, lo mejor es interrumpir a esa persona con un simple “perdón, pero...”. Lo importante en este caso es que quede claro ante el resto del público que ha hecho lo mejor que podía para satisfacer a quien preguntó, pero que todo tiene un límite, y el mismo ha llegado.
Otras veces ocurre que en una presentación hay varios oradores. En estos casos deberá respetar su posición en esa audiencia. Ver si la pregunta está dirigida a usted o a otro de los oradores.
Usted podrá acotar algo si ve que otra persona no puede responderlo instantáneamente y usted se cree capacitado para hacerlo.
A su vez, dé lugar a otro compañero a responder o a dar una diferente dela que usted tiene, etc.
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