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El arte de las presentaciones eficaces y vendedoras:
Curso gratis de presentaciones de alto impacto

Consejos prácticos para presentaciones de negocios

 
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Una de las cosas más frustrantes en un ambiente de oficina es tratar de que la administración tome tus ideas seriamente.

Mientras que la mayoría de las empresas DICEN que escuchan a sus empleados y los consideran un activo valioso, a la hora de la verdad, muchas de ellas no le dan cabida a tus dichos.

Muchos de nosotros aprendemos a callarnos la boca. Dejamos de tratar de proponer nuevas ideas y planes.

Y aún así a la mayoría de nosotros se nos ocurren ideas interesantes de las que estamos convencidos serían importantes para la empresa. Y enfrentémoslo, si tu puedes hacer que tus ideas sean escuchadas, no sólo ayudas a que tu empleador sea más exitoso sino que también tu pasas a ser más importante para la empresa, liderando el camino para reducir el riesgo de ser despedido, y aumentar las posibilidades de un acenso.

Por otra parte, esta en la naturaleza humana el resistirse al cambio, y te sorprendería cuanta gente intentará de sabotear tu idea en un santiamén.

¿Cómo puedes hacer para llevar tu idea hasta la administración y que ésta sea tomada seriamente sin que antagonice con aquellos que te rodean?

A continuación tienes algunos consejos:

1. No pierdas mucho del tiempo de oficina que tienes en ello. Ya sea que tus compañeros de trabajo o jefes piensen o sospechen que estas dedicando mucho de tu tiempo de oficina a tus nuevas y estrafalarias ideas, vas a ser rápidamente despedido. Enfatizando demasiado o todo el tiempo el que el preparar la propuesta se haga en tu propio tiempo, ello le da credibilidad a la propuesta como deja a las fieras acorraladas.

2. Recluta a tus aliados. En muchos casos, tiene sentido el hacer que alguien más se entusiasme primero con la idea. Este puede ser un respetado compañero de trabajo o alguien de la administración media. Si viene de otras personas a la vez, la administración puede que lo tome seriamente. Una advertencia: por más trillado que pueda sonar, muchos otros compañeros de trabajo tratarán de ponerte trabas debido a los celos o a que ello sea percibido como una amenaza con lo cual ten cuidado a quien le comentas tu idea (ver más abajo).

3. Averigua a quien le duele. Ya sabes a quien le ayuda. Pero a quien le duele? Aquellas personas que se sienten amenazadas por una propuesta pueden llegar a sabotearla desde el comienzo. Mientras trabajaba en una oficina de habla española, sugerí que tomáramos un excelente paquete de cuentas nuevo que le haría un gran bien a las operaciones y ahorraría dinero. El jefe esta muy excitado y listo para comprar. Sin embargo, sólo para estar seguro hizo llamar al contador principal. De inmediato, ella comenzó a encontrar toneladas de defectos en el programa, y básicamente lo despedazo hasta hacerlo trizas. Más tarde me descubrí que a ella le gustaba el producto pero le preocupaba que no pudiera manejar los comandos en Inglés muy bien. Se sentía amenazada por la idea y prefirió permanecer en el status quo. Ella jamás se lo diría abiertamente al jefe, pero esa sensación le hizo desacreditarlo rápidamente. Piensa en aquellas personas que pueden sentirse tocadas directa o indirectamente por una idea y trabaja para hacerla más aceptable para ellos. Si arrancas con enemigos por doquier, estas condenado.

4. Asegúrate hacer tu tarea sobre los costos y beneficios. Tu idea no es simplemente brillante porque suena bien, sino que lo es porque es más rápida, más barata y más eficiente de lo que se ha hecho hasta ahora. Trata de fundamentar los conceptos con hechos sólidos. Una vez trabajé para una licorera que estaba pagando $20,000 al año por tener su logotipo en una campera de un equipo local de fútbol. Cuando sugerí que no hiciéramos eso y en cambio lo pusiéramos en un marcador, ellos como que me miraron con escepticismo. Cuando mencioné que podíamos DONÁRSELO a la ciudad (con nuestro logotipo en él por supuesto) y que éste sería el primer marcador eléctrico en el estadio, Y que sólo costaría $8,000 y duraría por 10 años, se sentaron y empezaron a tomar nota.

5. Anticipa las objeciones. Adelántate a lo que la gente dirá al respecto. No te ciegues con tu propia brillantez. Cuáles son tus puntos débiles. Cuando el gerente fulana de tal diga, “Sí, parece sonar bien en el papel, pero en el mundo real eso no va a funcionar”, tu puedes replicar, “Sé que así parece ser, pero mire, aquí están los números de la compañía Acme que intentó algo similar el año pasado y les funcionó”. Anticípate a las objeciones y estáte preparado para contrarrestarlas.

6. No intentes ser perfecto. No estés a la defensiva. Nada es más arrogante que tratar de decir que tu idea es perfecta. No intentes sobredimensionarla, ya que una estimación honesta de algunos de los riesgos y desventajas hacen tu presentación más sólida. Frases tales como: “ahora me doy cuenta de que esto costará más por año de lo que estamos de hecho pagando actualmente, pero nos dará un rédito más alto debido a su mejor eficacia y creo que el rédito vale el costo”, suenan sólidas y muy bien pensadas. También te cubre cuando los costos son altos (pero tu SÍ lo mencionaste desde el principio).

7. Usa el lenguaje que emplea la propia administración. No tengas de ir hacia ellos. Escucha de lo que están hablando, y trata de presentar tus ideas como soluciones a los problemas que tienen entre manos, o como una mejora a algo que ya han hecho. “Estaba pensando acerca de lo que le dijiste a los miembros de la junta la semana pasada y se me ocurrió una gran solución”. O “¿recuerdas lo que dijiste sobre cómo el poner el WIDGET A en la ranura B podría ayudarnos con los problemas? Eso me puso a pensar en qué tal si también pones el WIDGET A en la ranura C. Tienes que ser un poco cuidadoso con este último camino, o la administración lo tomará como propio y te dejara en el anonimato lo que me lleva a:

8. Toma el crédito. No seas detestable, pero trata de asegurarte de que quede claro de quien ha salido la idea. Muchas personas estarán dispuestas a tomar “prestada” una idea y presentarla como propia. Previene ello diciendo (en una reunión de equipo, o en una reunión con superiores), cosas como: “Cuando le traje esta ideal al jefe fulano de tal el Viernes pasado, me quede sorprendido por cómo me ayudó de inmediato a definir algunos de los detalles”. Le estas dándole crédito, pero también estas estableciendo claramente de dónde surgió la iniciativa. No necesitas hacerlo demasiado seguido. Por lo general entre dos o tres veces, dicho de manera inocente, es suficiente para lograr captar en el subconsciente de todos que eres el autor del trato. No intentes presumir enfrente de nadie o de lo contrario podrías engendrar algún tipo de resentimiento.

9. Cubre tu espalda. Ten cuidado de que tus ideas no te empujen demasiado hacia la falta de apoyo de los otros. Asegúrate de que los demás estén contigo para que en caso de que las cosas no funcionan bien, quede claro de que era tu idea, pero fue la decisión de todos el participar de ella.

10. Sin agallas, no hay gloria. Ten en cuenta tu espectro de riesgo. A veces vale la pena seguir con una idea diferente. Si te encuentras en una posición tal como para poder hacerlo, ya has descubierto cuanto de ti puede estar en riesgo, y estas dispuesto a seguir adelante, a menudo caminar solo por la tabla hacia el mar lleva a la gloria más grande.

 
 
 
 
 


   
 
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