En éste módulo se enuncian dos situaciones denominadas debilidades, porque aparentemente, y a riesgo de caer en una generalización injusta, los gestores de personas cometen estos “errores” continuamente y no porque les gusta, sino que presumiblemente se trata de comportamientos culturales que tienen que ver con la idiosincracia y comportamientos de éste bendito país. Estos “errores” son:
a)”Vos hacé lo que yo te digo”: Identifica la frase?. Seguramente si Ud. es empleado la habrá escuchado muchas veces y habrá obedecido refunfuñando y si Ud. está del otro lado sea sincero y confiese aunque sea a Ud. mismo, cuántas veces dijo ésta frase. Sabe qué?. No se sienta mal, porque lamentablemente ésta situación es muy común en las relaciones laborales de éste país y se podría buscar en la omnipotencia cultural de que “todo lo sabemos”, la raíz de tan funesto comportamiento. Así que tenga en cuenta que por más que sea algo generalizado, no deja de ser perverso, por lo tanto recuerde: defina resultados y deje que su colaborador busque su propio camino para llegar a ellos.
b) “Qué pasará cuándo yo no estoy?”, y agrega “seguramente nada bueno”. Si Ud. tiene gente trabajando: Cuántas veces tuvo éste pensamiento en los últimos días?. Ud. sigue abriendo y cerrando su negocio después de veinte años?. Ud. controla minuciosamente el horario de “fichada” de sus colaboradores y castiga al que llega tarde?.
Por supuesto, podrían enunciarse otra importante cantidad de situaciones, pero para no fastidiar, vale decir que todas ellas denotan una sola cosa: UD. NO TIENE CONFIANZA EN SU GENTE; por lo tanto estará continuamente esperando el momento de que su funesta premonición se cumpla. Lamentablemente, cuando la gente trabaja o hace cosas se equivoca, pero esto no significa que cada uno esté premeditadamente en su contra. Hay algo peor todavía, ésta situación también presumiblemente, tiene raíces culturales, ya que si vivimos en una sociedad minada por la corrupción y a cada momento escuchamos las desgracias que suceden y la necesidad de “cuidarnos”del otro, es imposible llegar al trabajo y abstraerse de ese mensaje, por lo tanto. Cómo podemos confiar en el otro?.
Por último, y con respecto a éste último punto, no existe un momento en el tiempo, ni un límite a partir del cual las personas súbitamente se vuelvan dignas de confianza, quiere decir que si Ud. es una persona desconfiada siempre estará esperando el momento de confirmar ésta presunción y cualquier situación que involucre a su colaborador, tirará por la borda todo el mérito que pueda haber acumulado. Es decir, parece que se trabaja con el “enemigo” que acecha.
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