Permiten movernos, dan forma a nuestro cuerpo, ayudan en las funciones respiratorias, digestivas y en la circulación de la sangre.
Dos tipos:
músculos voluntarios (del esqueleto)
músculos involuntarios (como el del corazón)
Músculos del esqueleto: cada extremo esta unido al hueso en un lado de la articulación. La mayoría de los músculos trabajan a pares, uno hace mover la articulación en un sentido y el otro en el sentido contrario.
Relaciones con otras estructuras:
1º con los huesos, a los cuales se unen
2º Con las articulaciones, a las que cubren, cruzan, envuelven o penetran.
3º Con la aponeurosis, que los envuelven en toda su extensión o solo en una parte de su superficie
4º Con los vasos sanguíneos, los cuales se adosan a ellos, a veces, los atraviesan; por ejemplo, el aductor mayor del muslo es perforado por vasos femorales.
5º Con los nervios: que como los vasos se adosan íntimamente a los muslos y, a veces, los atraviesan; por ejemplo el esternocleidomastoideo, perforado por el nervio espinal, o el músculo coracobranquial, atravesado por el nervio musculocutáneo. Cada músculo puede recibir uno o varios nervios.
6º Con los músculos vecinos, que se aplican a sus caras o bordes. Entre dos músculos siempre se extiende una aponeurosis, por lo menos, una capa celular que los aísla uno de otro y asegura su independencia anatómica y fisiológica. Constituidos por capas de fibras superpuestas donde llega la sangre, la linfa y los nervios.
Los tendones que están en los extremos de los músculos los unen a los huesos.
La serie de fibras del centro del músculo están compuestas de pequeños haces de fibrillas o filamentos capaces de contraerse.
En el momento en que un músculo le llega desde el cerebro la orden de contraerse, sus fibras se deslizan unas sobre otras, con lo que se acorta y se hincha. Con ello, los huesos a los que esta unido se aproximan, produciéndose así el movimiento.
Los músculos que acercan los huesos por la articulación se llaman flexores, mientras que los que los alejan son los extensores.
Espasmo muscular: contracción muscular continua o estática en la que unas cuantas fibras de un músculo se contraen al máximo, a causa de una lesión o de una tensión emocional.
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