Otro efecto de la tristeza es el llanto. Las lágrimas no sólo son una consecuencia directa del estado de ánimo triste sino que a la vez constituyen un remedio importante que mitiga el sufrimiento. De esta forma, el ser humano exterioriza aquel malestar que experimenta interiormente. El primer paso para deshacernos de algo que nos perturba es sacarlo fuera a través de la palabra describiendo el hecho objetivo con personas de confianza y a través de las lágrimas para expresar la emoción concreta.
Por tanto, la naturaleza del llanto es doble: es un efecto y un remedio de la tristeza. El llanto es útil porque es una reacción natural. Del mismo modo, reír es una respuesta exterior a la alegría interna. Sin embargo, en algunas ocasiones se le ha dado una connotación negativa al llanto como ha sucedido con el mensaje que han recibido muchos hombres al creer que llorar es algo puramente femenino. Llorar es una acción que no corresponde en exclusividad a ningún género sino que es una acción típicamente humana.
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