Además del rejuvenecimiento, señala Pedersen, de la Universidad de Brigham
Young. Su investigación sobre la privacidad sugiere que la contemplación es
la necesidad más imperante que resulta satisfecha por la soledad:"Le ofrece
a las personas la oportunidad de contemplar quiénes son, qué relaciones
mantienen con otras personas y cuáles serán sus metas.
Cumple un función de
asentamiento y autodefinición".
Otras dos necesidades psicológicas con las cuales se encuentra la soledad,
son la autonomía, es decir, el chance de hacer lo que uno desea, de actuar
libremente, y ser lo que uno es, así como la confidencia. Esta última,
resultó ser una respuesta sorprendente de los sujetos de su investigación,
quienes al parecer emplearon el término para describir una relación devota
con una deidad.
El estudio de Pedersen no encontró diferencias entre los géneros sexuales en
relación a la frecuencia con la cual las personas buscan la soledad. Pero,
sí se halló que las mujeres emplean la creatividad y la contemplación en
mayor medida que los hombres. Estos últimos, en cambio, presentan una fuerte
preferencia por estar solos.
Un tipo de aislamiento en donde prefieren
traslardarse geográficamente, irse a la montaña o salir por un largo paseo
en el carro, en lugar de refugiarse en una oficina o dormitorio.
El componente de rasgo de la soledad, sugiere que algunas personas presentan
una preferencia por la soledad que es mucho más grande que una necesidad de
estar solos de vez en cuando. El psicólogo Jerry Burger, PhD, especula que
sólo un pequeño porcentaje de la población, quizás no más de 10%, muestra
este rasgo. Al contrario de los estereotipos sociales, estas personas,"están
bien ajustadas".
Están auto-actualizadas, presentan buena comunicación, se
desempeñan bien en situaciones sociales y disfrutan de sus amistades.
Además, les gusta la soledad, de manera que se las ingenian para pasar un
tiempo solas de modo frecuente.
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