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Hay un tema que ésta vez quiero abordar y sobre el cal hay muchísimas opiniones, todas respetables y nunca coincidentes, o al menos pocas veces. Es la metáfora.
Una moda nunca se discute, porque se instala, tiene sus adeptos y mientras no se consideren poseedores de verdades absolutas, todo está bien. Es más: aunque se consideraran depositarios de esas verdades, los que están del otro lado, no tendrían por qué oponerse a que piensen de distinto modo.
He aquí que la metáfora se incorporó a la poesía de un modo especial. No así en la narrativa, El por qué, a mi modo de ver, es muy sencillo: en la narrativa puedo usar metáforas, pero siempre están sujetas a una realidad inexcusable, que tiene que ver con que el texto intenta comunicar una historia, real o no, pero necesariamente clara. Si leemos un cuento o una novela donde hay metáforas, que desde luego las hay, éstas son parte de una historia y a nadie se le ocurriría escribir valiéndose de metáfora más metáfora.
Definimos bien qué es la metáfora? Es un recurso poético para representar una realidad, vista desde el poeta. Es en cierta manera una comparación, una sustitución.
Ej: sus manos eran dos palomas aleteando sobre el tejido.
Hay ciertos autores, poetas especialmente, que utilizan la metáfora con cuidadoso trato, colocándola en el sitio justo y nunca gratuitamente. Pero hay otros, que se valen de ella para crear un clima pseudointelectual, que produce cierto impacto en el lector, pues las imágenes suelen serlo, pero en definitiva, no se entiende de qué se trata.
Esto ha hecho que la poesía sea un género que ha perdido muchos adeptos. Si el fin de una expresión literaria es comunicar, está perdido. Entonces...cuál es el objetivo? Es sensato leer un poema y tener que pedir explicación para entenderlo? Creo que ciertas metáforas incomprensibles son en los libros, lo que ciertos pintores abstractos son en la pintura. Puede haber, de hecho los hay, buenos pintores abstractos, pero suelen filtrarse entre ellos quienes usan la abstracción sin sentido. No se sabe, en como en letras, dónde comienza la representación y dónde la mentira.
He leído poetas que han hecho de la metáfora un recurso maravilloso para expresar una realidad de modo alto y profundo. Y he leído algunos que, estoy convencida utilizan palabras impactantes, que no responden ni sustituyen nada, y ni ellos mismos saben de qué se trata.
Este abuso en poesía es común. Son modas que aparecen, como la de la poesía erótica. Muchas personas se ven atraídas hacia ella y tiene su mercado y lo saben bien quienes se especializan en ella. Es el mismo mercado que también acude a la narrativa erótica. No quiero de ningún modo profundizar en éste tema, puesto que no es el objetivo del curso. Tengo mi postura frente a él y no quisiera confrontarla, ni sirve que lo haga.
Asi que a la hora de emplear metáforas, hay que ser honesto. No buscar el impacto de las palabras preciosas, lo cual es un golpe bajo, sino entregar una obra sincera.
En una reunión literaria leí un poema de mi libro, referido a la metáfora y lo trascribo porque encierra todo esto que te comento, haciendo la aclaración que encierra mi punto de vista personal. Que podrá diferir del tuyo, pero considero que todo, absolutamente todo en la vida está dicho desde uno, aún las verdades comprobadas. Nada es eterno ni inmutable: toda teoría será rebatida por otra, toda comprobación será suplantada por la siguiente y así sucesivamente.
Como te decía, he aquí el poema que leí esa tarde, que me valió ver al descubierto el autoritarismo de ciertos círculos de escritores que consideran que la verdad les pertenece. Y, tocados en su amor propio, sintiéndose señalados por mí, decidieron que no podía seguir estando entre ellos. Yo no mencioné a nadie en particular, pero no admitieron que pensara diferente y se definieron como juzgados por mi poema. Que es éste:
PALABRAS MÁS PALABRAS
Palabras más palabras, puntos, comas,
Signos de admiración, de interrogante,
Sofisticadas redes literarias,
Enjambres de metáforas perdidas
En un largo poema inexplicable.
Llamar a todo eso: poesía.
Subestimar la sencillez, lo llano,
Las pequeñas palabras cotidianas,
El corazón hablando por la pluma,
El llamarle mañana a la mañana.
Ay, Fernández Moreno, fue contigo
Que aprendí lo que vale en éste oficio
Ser sincero, honesto y transparente.
Te declaro mi amor, por lo sencillo.
Que ésta moda de poema inexplicable
Es confundir la música con ruido
Y de tantas palabras, me conmueven
Uno que otro punto suspensivo.
Siempre consideré que escribir no es “vestirse para la ocasión” como dice mi admirado Joan Manuel Serrat, de quien te recomiendo que escuches todo lo que puedas, para ver con cuánta calidad y talento se pueden hacer letras de canciones, poéticas en el sentido más puro. Sin palabras inexplicables, ahorrando frases huecas y transmitiendo una originalidad que pocos pueden encontrar. Creo que hay cientos de temas a desarrollar y soy admiradora de aquellos que encuentran esa originalidad donde otros pasaron de largo. Alrededor de uno, arriba, abajo, a los costados, dentro de uno, hay cientos y cientos temas para crear.
Para mí, Baldomero Fernández Moreno fue un ejemplo, lo cual no quiere decir que le vale una copia. Un maestro es un modelo, simplemente. Uno lo lee y aprende, aunque no esté desentrañando su mecánica. Cuando murió, yo necesitaba prologar mi libro y me dirigí a su hijo, Manrique, también escritor. Me sentí muy honrada cuando aceptó el ofrecimiento, ya que me había anticipado que sólo haría ese prólogo después de considerar la calidad de la obra. Esa tarde con Manrique saqué una definición propia sobre el escritor y su obra. A ver si la compartes: me contó que su padre hacía tertulias literarias en su casa. Allí estaban reunidos los mejores poetas de la época y Baldomero, como anfitrión, le daba su sello. La esposa, a quien llamaba “la Negrita” , era quien iba y venía atendiendo a los invitados y a la vez, participaba como oyente. A ella le gustaba escribir. En un determinado momento de la reunión, viendo ella que todos leían sus trabajos ( época machista ) le preguntó al esposo si ella también podía hacer lo mismo con los suyos. Baldomero, entonces, le contestó:
-Mujer...cómo vas a desnudarte en público?-
Las épocas han cambiado, gracias a Dios. Pero vale la comparación que Baldomero hace. No es al fin y al cabo una metáfora? Escribir es desnudarse, es poner el alma al descubierto, o al menos hacerlo creer, porque desde luego que puedo escribir en primera persona algo que jamás ocurrió en mi vida. Como los actores, mentimos. Ese es un gran logro del escritor.
Es cierto? Lograr que alguien crea que realmente estamos haciendo un relato autobiográfico es sensacional. Por supuesto, tambien aplicado no sólo a la narrativa sino a las letras en general.
Llegamos al fin de la clase 7 y te dejo pensando. Como siempre, te aliento a que te esfuerces y seas valiente!
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