HISTORIA.
Vamos a mencionar lo que para mí es el
sistema más positivo y de resultados
más espectaculares, la NOVENA.
Como ya habréis adivinado novena viene
de nueve, la enciclopedia Larousse dice: Actos
de devoción, como oraciones, misas, etc.,
a que se entrega uno durante nueve días.
// Libro en que se contienen las oraciones de
una novena.
Como veréis
la novena se utiliza como herramienta religiosa
para la consecución de un fin, la forma
de aplicación de las novenas, como todo,
a sufrido en el transcurso de los años
distintas mutaciones y a la vez dependiendo
de la zona donde se viva, las costumbres en
cuanto a su realización cambian, no obstante
la formula a continuado inalterable, y esta,
claro esta, se refiere a los propios 9 días
de oración y sacrificio para la consecución
de algo.
Hubo un tiempo, en que la iglesia, promulgó
la novena de forma masiva a sus fieles, tres
eran sus objetivos: primero el control, segundo
el temor y evidentemente el tercero el recaudatorio,
aún hoy se solicitan novenas para personas
que han fallecido.
En otros casos se
decía, que aquel que hiciera una novena
y obtenía lo que pedía, debería
hacer una ofrenda económica al santo
o a la iglesia. Tenemos que pensar que hasta
el siglo XVIII, en Europa, la Iglesia tenía
mucho poder y que las personas vivían
con mucho fervor todo lo que la iglesia proponía.
No obstante, la
sabiduría popular, muy proclive a transformar
y utilizar aquello que le parecía positivo,
fue utilizando la novena un poco a escondidas
de la religión y ¡Oh milagro!,
también obtenían resultados.
Los magos y las
brujas, de ascendencia cristiana, no dudaron
en apoderarse de la formula, transformándola
a su manera, sin olvidar su espíritu.
No hace ni 30 años (y quizás en
algún lugar en la actualidad), aún
era posible ver a personas, realizando novenas
tal y como se hacían en siglos pasados.
Detallo a continuación
como se eran dichas novenas para que de este
modo, los lectores de este manual, puedan, si
lo desean, adaptar el sistema como les plazca,
aunque esta no es la única formula que
existe:
En las poblaciones
grandes aún hoy es posible encontrar
siete iglesias, pues bien, la persona que hacía
la novena, una vez definida la petición,
cada mañana se levantaba antes de las
seis, para así poder ser de las primera
en entrar en una iglesia, allí se acercaba
a la imagen (muchas veces el Sagrado Corazón),
y de bruces en el suelo, hacia la oración
y la correspondiente petición, la oración
se extraía, de libros y salmos y que
después más tarde se abreviaron
con la llegada de las estampas, cada día
la persona debía rezar y pedir aquel
deseo al Santo de su devoción. Terminada
esta oración y la petición, la
persona visitaba a continuación otra
iglesia y así sucesivamente hasta 7 (en
algunos lugares eran nueve).
Esto durante nueve
días seguidos, lloviese, nevase o estuviera
enfermo/a. Una vez terminada la novena, se esperaba
el resultado, como mínimo, durante un
mes y una vez pasados los treinta días,
cumplidos o no los deseos, se andaba (muchas
veces de rodillas), hasta la Catedral o centro
religioso más importante, en donde de
bruces delante del altar, se agradecía
la atención del Santo/a o Virgen o Jesús.
Como veis, el sacrificio
era bastante, lo que aumentaba la devoción
y admiración hacia quien era capaz de
realizarlo, lo que convertía a esas personas
en “especiales”.
En los lugares que
había menos iglesias, la mayoría
de las veces, se visitaban las del pueblo y
alguna ermita, pero algunos recorrían
en burro o caballo otros pueblos hasta las siete.
En aquellos lugares alejados, imagino que si
solo había una iglesia en el pueblo,
los peticionarios, solo actuaban en una.
Una vez hecha la
historia, vamos ahora a adentrarnos en la novena
actual.
No ha sido una cuestión
de voluntad o comodidad, lo que ha transformado
la novena, sino la postura de la Iglesia.
Como he dicho antes, la Iglesia (a la que respeto
en su concepto), que tenía el monopolio
de la fe, conseguía pingües beneficios
a través de la venta de velones y las
donaciones por las novenas, pero como todos
sabemos, a finales del siglo XVIIII, la sociedad
más materialista e industrial, trajo
una perdida de fe, esta situación, hizo
que muchas personas buscasen nuevas verdades,
para así poder satisfacer la ansiedad
producida por un mundo más distante y
menos espiritual. La perdida de credibilidad
de la Iglesia empeñada en no reconocer
los cambios de la sociedad, han abierto las
puertas a las personas de cualquier condición,
que dedican su vida a la ayuda de los demás
independientemente de sus creencias.
En este contexto
y además porque las Iglesias, son tanto
un centro de culto como también un lugar
turístico, los objetos valiosos de las
iglesias han sufrido muchos robatorios, lo que
ha llevado a cerrar en horas no lectivas las
iglesias. Por si no fuera poco, en muchas Iglesias,
se han sustituido los espelmatorios por unos
engendros lumínicos (maquinas tragaperras),
con una hucha, con la excusa del posible incendio
(también la suciedad, restos de cera),
en un futuro se prevé que no habrá
más velas de cera en las Iglesias.
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