Las economías del sudeste asiático que asombraban al mundo con su velocidad de
crecimiento económico y un poderoso desarrollo tecnológico, fueron presas de una
crisis, la que repercutió el mundo y afectó las economías latinoamericanas por otro
canal, la caída del comercio mundial.
A pesar de la solidez de las economías asiáticas, cuyos indicadores mostraban un
notable incremento de las reservas internacionales a pesar de un déficit externo, que
en algunos casos como el malasio llegó a 6% del PBI en 1996. El panorama parecía
alentador, Malasia incrementó sus RIN de 5 mil millones en 1985 a 26 mil millones en
1996, más resaltante el caso de Singapur que pasó de 2 mil millones en 1985 a 24 mil
millones en 1996, de igual modo Singapur de 12 mil millones a 76 mil millones en el
mismo período.
Las economías del sudeste asiático ostentaban todas un superávit fiscal, desde el
0.2% de Taiwán a 7.4 % de Tailandia, en porcentaje del PBI.
Estas economías ostentaban en 1996 unos elevados índices de ahorro respecto del
PBI, por ejemplo 35% Corea, Malasia 41%, 50% Singapur. ¿Cómo fue que entraron
en crisis?
Una razón fue el fuerte crecimiento de los niveles de crédito interno de la Banca
privada, veamos el cuadro 7.4.
La mayoría de países duplicó su crédito bancario entre 1985 a 1996, estos créditos
fueron financiados en gran parte por flujos de capitales internacionales, la mayoría de
corto plazo, estos capitales pasaron de 150 mil millones de dólares en 1993 a más de
300 mil millones en 1996. El excesivo crédito y los niveles bajos de supervisión financiera, permitieron que los créditos en muchos de estos países se orientaran a conglomerados o se concentraran en ciertos grupos empresariales como el inmobiliario, esta concentración llevó a un elevado crecimiento de los precios por ataques especulativos, que retrasó al sector y finalmente comenzó a tener problemas de pago, afectando el sistema financiero.
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