Se pueden asar y comer como entremés, al igual que las semillas de girasol. Son ricas en minerales como hierro, zinc, ácidos grasos, potasio, magnesio. Son efectivas en la salud de la próstata pues aparentemente interrumpen la multiplicación de células que producen su hipertrofia, aunque todavía no se ha descubierto cómo es que este mecanismo funciona, los carotenos y el omega – 3 presentes en las semillas de calabaza podrían también ayudar a la salud de la próstata y este beneficio esta siendo estudiado en la actualidad con asombrosos resultados pues es comprobado que los hombres que consumen carotenos en su dieta diaria tienen menos probabilidades de tener problemas de próstata.
Según estudios reciente, la semilla de la calabaza, disminuye la inflamación en las articulaciones que ocasiona la artritis sin causar los efectos secundarios y molestos de algunas medicinas convencionales.
Los fitosteroles que contiene las semillas de calabaza tienen una estructura química muy similar al colesterol y, cuando están presentes en la dieta en cantidades suficientes disminuyen los niveles de colesterol malo, aumentando la capacidad de respuesta del sistema inmunológico y disminuyendo los riesgos de ciertos tipos de cáncer.
Los mayas utilizaban las semillas de calabaza machacadas como condimento.
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