(Sopa de judías a la Jókai)
Lleva el nombre del famoso y extraordinariamente fecundo novelista húngaro Mór Jókai (1825-1904), pues dicen que le gustaba mucho.
Ingredientes:
180 g. de judías pintas
300 g. de judías verdes frescas desenvainadas
300 g. de chorizo
40 g. de manteca
30g. de cebollas (1 cebolla)
1 cucharadita de paprika molida
1 codillo de cerdo ahumado
1 zanahoria mediana
Hojas de perejil y raíz de perejil
1,5 dl de crema de leche agria
1 cucharada colmada de harina
Pimentón o ají verde
2 tomates pequeños y frescos o pasta de tomate
1 hoja de laurel
1 diente grande de ajo.
Preparación
Lave bien las judías pintas y póngalas a remojar desde la noche anterior. También el día anterior, en un caldero grande ponga a cocer el codillo ahumado en aproximadamente litro y medio de agua hasta que esté completamente blando. Al otro día, sofría las verduras, cortadas en rodajas, en la manteca que ha soltado y el codillo y se encuentra en la superficie del caldo (por esto lo hacemos el día anterior). En cuanto se doren bien, se les agrega las judías con el agua del remojo, así como también el caldo de la carne ahumada, una hoja de laurel, el ajo machacado, paprika o pimentón o ají verde y tomate, todo cortado en cuadraditos pequeños y un poquito de sal, con cuidado pues la carne ahumada es salada. Cocine todo hasta que se ablande. Mientras tanto, fría el chorizo, y córtelo en rodajas. Cuando las judías se han ablandado ya, preparar una salsa rubia o roux con harina y cebolla bien picada la misma grasa donde se ha frito el chorizo, agregando en el último momento paprika molida y perejil. Cuando la sopa haya hervido con la salsa rubia, agregar la crema de leche agria en la que se ha desleído la harina y finalmente, las rodajas de chorizo frito. Antes de servir, cortar en pedacitos la carne ahumada de cerdo, ponerlos en el fondo de la sopera y verter encima la sopa hirviendo. Luego, cada uno puede aliñar a gusto, en su plato, con vinagre o vinagre de estragón. Para equilibrar el sabor ácido, se puede poner, al final, un poco de azúcar en polvo, logrando así la necesaria armonía de sabores.
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