La rosa y la manzana
pertenecen ambas a una misma y linajuda familia
de la botánica: La rosácea. Aquella
es la flor madre de todas las flores; está,
la monarca absoluta e indiscutida de las frutas.
La rosa es la flor de la pasión y la
manzana también, pues participó,
según el Antiguo Testamento, en el famoso
episodio donde Eva sedujo a Adán o viceversa.
Al respecto hay controversia. Según el
sabio fruticultor y teólogo Antanas Vytautas,
la manzana no tuvo arte ni parte en el asunto.
“Habladurías” –dijo-.
“La Biblia se refiere al fruto del Árbol
del Bien y del Mal, nunca habló de manzanas”.
Sin embargo, desde hace añares, siglos,
viene siendo la herramienta por excelencia en
las estrategias más irresistibles de
la tentación.
-Texto, y siguiente receta extraído de:
“Sal & Pimienta”, Año
1 –N°10. 1992-
Postre crocante
de manzanas
(para tres…¿Por qué no?)
Ingredientes:
- ½ kg de manzanas verdes
- 75g de manteca
- 125g de azúcar negra
- 50g de nueces peladas y partidas
- 1 puñado de pasas de uva
- ¼ taza de harina
- jugo de ½ limón
Pele las manzanas, sáqueles corazón
y semillas y córtelas en rebanadas finas.
Rocíe con jugo de limó. En un
bol mezcle la manteca con el azúcar negra,
las nueces, las pasas de uva y el harina. Debe
quedar una pasta untuosa.
En un molde enmantecado disponga las manzanas
por capas y cubra con la pasta. Hornee en horno
caliente hasta que la superficie se vea dorada
y crocante. Sirva tibia, con crema de leche
batida pero sin azúcar.
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