Epifanía
Se celebra en México
el día dos de febrero, y consiste en
que si el niño Jesús fue depositado
en el pesebre el 24 de diciembre a las doce
de la noche y después de haberle arrullado
y cantado, ahí permanecerá hasta
el dos de febrero que es cuando se levanta,
como comúnmente se dice.
En algunos hogares existe la costumbre de que
los familiares que lo arrullaron vienen siendo
sus padrinos y para ese día deben vestirlo,
escogiendo su ropón, que en la actualidad
puede vestirlo por ejemplo como el Niño
de la Paz, o el niño misionero en (en
mi casa, ya van dos años que visto al
mío de Juan Diego).
Dichos padrinos son los que ofrecen una fiesta
para celebrar dicho evento, y en algunas regiones
hasta acostumbran quedarse con el niño
todo el año y el siguiente lo van rolando
a otros padrinos.
Y es que en donde los pueblos son muy tradicionalistas
la fiesta incluye a todo el pueblo, pues el
niño que visten aparte de los suyos es
el de la iglesia del pueblo.
Imagínense el gasto tan tremendo que
se les viene a esas personas, pero ellas lo
hacen con mucha devoción y gusto, y además
dicen que reciben muchas bendiciones.
En otros hogares, sobre todo en las capitales
donde ya esa costumbre no es tan arraigada,
la persona más devota es la que se dedica
a eso, y después de vestirlos ese día
se llevan al templo a bendecir y luego ya viene
la fiesta.
Terminada la ceremonia,
se sirve una merienda o comida en muchos casos,
que va acompañada de tamales dulces o
de chile, un atole llamado champurrado, buñuelos
con dulce de tejocote, y en algunos lugares
hacen una agua fresca que se prepara con naranja,
pasas, ciruelas, hojas de lechuga, almendras,
jicama y betabel.
El champurrado lleva
un litro y medio de leche,150 gr s de chocolate,
50 gr s de masa de maíz, 200 grs de piloncillo,
y una raja de canela.
Se deshace la masa en el agua, y se le agrega
la canela y el piloncillo.
Se pone al fuego y se le agrega el chocolate
y se deja hervir. No hay que dejar de mover
porque se pega.
Se deja espesar y se sirve calientito en jarritos
de barro.
Los buñuelos
se preparan de la siguiente manera:
Se pone al fuego un octavo de litro de agua,
una cucharada de tequezquite (carbonato de sosa
natural), y 10 cáscaras de tomate verde
bien lavadas y desinfectadas.
Cuando suelta el hervor se retira, se cuela
y se deja enfriar.
Se ciernen 200 gr s de harina, se mezcla con
un huevo, y se le incluyen una cucharada de
manteca y 20 gr de azúcar.
Se revuelve con el agua del tequezquite hasta
formar una masa muy suave, se hace una bola
y se unta de manteca. Se deja reposar dos horas,
y se hacen bolitas que se van estirando en la
mesa de trabajo (aunque mucha gente lo hace
con una servilleta en la rodilla, y a este tipo
de buñuelos se les llama de rodilla).
Se dejan bien delgaditas, se fríen en
la manteca, y se les pone la miel, que prepararemos
de la siguiente manera:
Se pone al fuego 350 gr s de piloncillo y una
canela en trozo, tres cuartos de agua y diez
tejocotes (majuelo o espino).
Cuando ya hirvió diez minutos, se retiran
los tejocotes y esta miel se sirve bañando
los buñuelos.
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