Se deshacen tres
o cuatro cucharadas de levadura en ocho cucharadas
de agua tibia, se le agrega 150 gr de harina
ya cernida, se forma una pasta y se trata de
formar una bola que se pone cerca del calor
de la estufa hasta que doble su volumen.
Mientras tanto, se ciernen 450 gr de harina
con un cuarto de cucharada de sal y 250 gs de
azúcar, se le mezclan 8 huevos, dos cucharadas
de agua de azahar, tres cucharadas de cocimiento
de anís, raspadura de una naranja, y
115 gr de manteca o mantequilla.
Se amasa todo muy bien y cuando esté
suave se le agrega la levadura ya fermentada
que teníamos junto al fuego.
Se amasa nuevamente y se golpea, se unta de
manteca o mantequilla y se coloca en una cacerola.
Se tapa con un lienzo y se pone en un lugar
tibio durante seis horas o 12 a temperatura
natural (según si hace mucho calor o
frío) hasta que doble su volumen.
Se vuelve a amasar ligeramente y se forman bolitas
del tamaño que se quieran los panes.
En ocasiones las figuras que formamos con la
masa -como los huesos o las lágrimas-
las cocemos aparte y después se pegan
al pan con barniz, pero en algunos lugares forman
todo de una vez: ponen una bola grande de esta
harina y ahí se le van colocando las
figuras de huesos y lagrimas y se mete al horno
a trescientos cincuenta grados durante una hora
o cuando con la punta de un cuchillo chequeamos
si ya está cocida la masa.
La sacamos del horno ya frío, con una
brocha los untamos del barniz que viene siendo
harina con agua (150 gr y agua para deshacer
esa masa), se pone al fuego, se mueve constantemente,
y cuando tiene punto de crema espesa se retira,
y después cuando se enfría se
le pone a los panes.
Después de ponerles el barniz ya citado
a los panes se los baña con azúcar
granulada y a los cinco minutos otra vez hasta
que veamos que ya no se absorbe.
Se acompaña con un atolito blanco o de
sabor sea el gusto o un chocolatito de metate
bien calientito en jarritos de barro.
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