Apoya la autoestima, seguridad y confianza de tus hijos.
Una de las mayores preocupaciones como padres consiste en el temor de que nuestros hijos lleguen a ser personas inseguras, inmaduras, con falta de confianza en sí mismos, y como se dice ahora: con baja autoestima.
Para abordar este tema vamos a partir de lo que es un niño o una niña.
Un niño es un ser humano nuevo, recién salido del horno de Dios que viene con todo su amor a darnos alegría, gozo y paz.
Podemos afirmar que lo más parecido a Dios es un bebé, llega a este mundo limpio de su corazón y lleno de confianza, si durante el embarazo fue amado, cuidado y deseado.
En efecto,la confianza es algo tan importante y valioso, que el bebé va aprendiendo a tenerla desde el seno materno … si es aceptado, esperado y amado.
La madre que desea y espera a su bebé le proyecta energía amorosa, ella tiene cuidado de descansar, de caminar, de alimentarse bien ( de acuerdo a sus antojos muchas veces), le platica al bebé, le canta, lo siente, anhela verlo y tenerlo en sus brazos.
En este proceso también puede participar papá si acompaña con su ternura el desarrollo y los cambios que se generan a lo largo de los nueve meses del embarazo.
Si papá brinda sus cuidados a mamá, ella se sentirá mejor, el bebé también percibirá un ambiente amoroso y tierno de sus padres.
Gracias a los estudios científicos, hoy podemos saber que el bebé reconoce la voz de la madre a partir de las 12 semanas de gestación , pues el oído es uno de los primeros sentidos que se desarrollan. Por ello es muy bueno cantarle y platicar con el bebé, siente la energía de su madre que le da seguridad.
Ahora bien, también es factible y favorable para el desarrollo neurológico del feto: la música, los cantos de papá y mamá que ya mencionamos, platicarle y comunicarse con él a través de caricias amorosas en el vientre de la madre, ya que siente, percibe la energía de amor y aceptación.
Un bebé tratado de la manera descrita va a nacer con una gran confianza y seguridad, además, recordemos que es un mensajero de Dios, el bebé es un pedacito del gran amor de Dios, que nos envía a la tierra para traer paz, ternura, sencillez y tantas cosas más.
Confianza, seguridad, confianza y seguridad va ganando el bebé, tan es así que en algunos hospitales de Estados Unidos a los bebés de incubadora les ponen un sonido que asemeja el corazón de la madre, que le hace recordar ese ambiente cálido y seguro del vientre materno, también se les pone música, se tiene iluminación tenue, bajita que no moleste los ojos de los recién nacidos, y se les pone música, pueden ser arrullos. Así los chiquitos duran menos tiempo hospitalizados, aumentan de peso más rápido y sanan para ser entregados a sus padres y llevados a su nuevo hogar.
Ahora, pero que pasa si la confianza que pudiera ganar ese nuevo ser desde el seno materno es destruida? Dirán ¿y como se puede destruir esa confianza? si en vez de anhelar a ese nuevo ser: se le rechaza, si no se le acepta, si se desea abortar.
Hay estudios donde se demuestra que muchos casos de suicidas o intentos suicidas, son personas que su madre trató de abortar. ¡Que fuerte! , pero hay que hablar con la verdad.
Aún hay casos en los cuales la madre se ve sometida a muchos sentimientos y emociones como miedo , coraje, odio, y resentimiento, e incluso se llega hasta el maltrato físico por violencia intrafamiliar, entonces el bebé se llenará de miedo y desconfianza.
¡¡¡Que increíble que podamos traer a un nuevo ser a este mundo, pero con un franco sentimiento de desconfianza.!!!
Ahora : hay una buena noticia, millones de bebés son amados y deseados.
Vamos a ver que sucede una vez que ya nació el niño o la niña que han sido esperados con anhelo:
si viene con toda la confianza en su corazón, se puede seguir desarrollando y fortaleciendo en el hogar.
Cuando los familiares se ocupan del bebé con esmero y amor , todo estará bien
¿Que hay que hacer?
El bebé tiene hambre y lo alimentamos, tiene frío y lo arropamos, tiene sueño, lo recostamos y arrullamos, lo cambiamos frecuentemente de pañal y evitamos que se rose, lo mimamos y cuidamos. Nos comunicamos a través de palabras, arrullos, canciones, lo acariciamos, lo cargamos, etc etc.
El secreto es la comunicación afectiva y el trato amoroso, conforme a su gran dignidad, conforme a su gran majestad, … porque su linaje es Divino, viene de Dios y es de Dios.
Recordemos la palabra sagrada:
“«Dejen que los niños vengan a mí y no se lo impidan, porque el Reino de Dios pertenece a los que son como ellos” (Evangelio de Marcos 10:14).
El niño de 0 a 2 años ganará una confianza básica, motivando una gran esperanza ,
Si este niño no es atendido como merece y necesita, tendrá desconfianza, inseguridad, retraimiento y timidez. Pero puede también volverse un niño agresivo, sumamente agresivo.
Por tal motivo, el niño necesita sentir el amor a través del contacto físico, visual y auditivo. Está comprobado que los bebés que reciben este trato por parte de los padres, tendrán mucho mayor seguridad que aquéllos a los que casi no se les toca, no se les abraza, no se les platica.
En las primeras guarderías de finales del siglo XVIII y principios del XX, aún en Estados Unidos los bebés menores de dos años se morían con frecuencia , a pesar de recibir todos los servicios alimentarios, médicos y asistenciales, les faltaba el amor maternal, y cuando lo descubrieron empezaron a mimar a los bebés, cargarlos, arrullarlos, entonces dejaron de morirse.
Se han realizado estudios científicos serios en los cuales se demuestra que en las culturas o grupos donde hay menor contacto físico de los padres con sus hijos, hay mayor consumo de drogas en los adolescentes, así como la cultura de la violencia y crueldad es más evidente en los medios donde se carece del contacto físico con los hijos.
La Alimentación
Es importante señalar que debemos tener mucho cuidado con los bebés, porque si a cada llorido le damos el biberón, es decir, ante cualquier situación por la que el niños llora se le da de comer, más delante en la primaria o cuando llegue a la adolescencia , ante cualquier situación de angustia comerá, y por eso estamos fabricando niños obesos. El bebé llora ante cualquier incomodidad (cólico, frío, se hizo popó, quiere un paseíto en brazos, tiene sueño, le incomoda la ropa, un segurito le está pelizcando, etc.), por ello es necesario descubrir que le está afectando para no tratar de resolver cualquier queja con comida.
Muchas de las chicas bulímicas, se dan atracones por ansiedad, y esa costumbre pudo haber sido gestada desde sus primeros años de vida por los padres.
También podemos señalar que los bebés nos miden, si siempre que lloran inmediatamente les damos algo, estamos fabricando futuros intolerantes a la frustración.
Hemos hablado hasta ahora solamente de la confianza y un poquito de la seguridad, pero vamos a ir viendo como se van engarzando y reforzando la confianza y seguridad, la autonomía, la iniciativa, y la autoestima.
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