A pesar de que el mundo las conoce como “Papas a la francesa”, y que desconoce la fecha exacta en que esta receta vio la luz, para formar un clásico de la gastronomía, lo que no se discute, según algunos historiadores y a los belgas, ellos fueron los inventores de tan popular manjar.
Las papas fritas se convirtieron en el símbolo nacional de los belgas y su denominación anglófona de “papas a la francesa” encuentra por parte de Bélgica y sus ciudadanos un enérgico rechazo.
Estos deliciosos bastoncitos fritos de papa, según su tradición, se los debemos a los habitantes de las ciudades de Lieja y Dinant en la región del río Meuse, quienes acostumbrados como estaban a comer pequeños pescados fritos, al congelarse el río en invierno, estos se veían obligados a cambiarlos por bastoncitos de papas, fritas en aceite.
Pero fue un señor de apellido Frits el que abrió un puesto de venta de papas frita en una feria en 1861 y comenzó su comercialización, aunque su popularidad es más reciente.
El termino de “papas a la francesa” de debe a las tropas americanas e inglesas que pasaban por la región, al probar las papas fritas en aceite bien caliente, crujientes y abombaditas, le pusieron el nombre de “French Fries” durante la Primera Guerra Mundial, influenciados seguramente por el hecho que el ejército belga hablaba en francés.
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