Surgieron como todas las grandes recetas de la gastronomía mundial, por un error. Napoleón III, debía llegar a tiempo para inaugurar una nueva línea ferroviaria en Francia, y a un banquete que por la ocasión se había preparado en su honor. El tren en el que viajaba el monarca con su séquito sufrió un atraso. El cocinero, como buen chef ya tenia con tiempo las papas que estaban marcadas para el horario justo, y por el percance debieron recalentarse, así que el magnifico cocinero las puso nuevamente en aceite hirviendo, por segunda vez. Ante sus ojos surgieron estas históricas papas infladas debido a la doble cocción y al cambio de temperatura.
La papa fue el tubérculo que recupero el hombre para las sociedades europeas deprimidas. En Alemania se obligaba a los campesinos a cultivarlas. Estas se preparaban con salchichas, hecha puré, se consumía el almidón y se hervía para hacer aguardiente, mientras que en Inglaterra triunfaban las papas al vapor y fritas acompañadas de pescado frito.
La papa es un componente imprescindible de la mesa bielorrusa, existen en este país mas de tres decenas de patos típicos cuyo componente principal es la papa. Los bielorrusos conocieron y aceptaron la papa dentro de su cocina casi un siglo antes que otros pueblos de Rusia, y aprendieron a cultivar las clases más ricas en fécula lo que hacia de sus platos algo deliciosos. Por eso los platos bielorrusos preparados en otras tierras a menudo no resultan tan ricos pues generalmente se utiliza la papa acuosa que contiene poca fécula. La papa en las recetas bielorrusas casi siempre es rallada; entera únicamente se la hierve y cuece.
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